GUATEMALA.- Al menos 10 mil 680 personas fueron arrestadas en Guatemala, entre el 22 de marzo y el 16 de abril, por no respetar las restricciones a la movilidad ni el toque de queda impuestos por el gobierno de Alejandro Giammattei para prevenir contagios de coronavirus.
La Policía Nacional Civil (PNC) reportó este viernes que desde el decreto del estado de emergencia miles de ciudadanos siguieron saliendo a las calles entre las 16:00 hrs y las 04:00 hrs del día siguiente, lapso del día en que se anuncia el toque de queda en todo el país.
El mayor número de detenciones ocurrió en las primeras semanas de la cuarentena. Según las autoridades, en la primera semana se detuvo a cuatro mil 776 personas. No obstante, los arrestos bajaron este mes, ya que durante la segunda semana de abril se registraron dos mil 691 detenidos.
El medio local Prensa Libre destacó que esto ha generado la saturación de juzgados y cárceles, ya que el número de infractores ha ido más allá de lo estimado por las autoridades.
En Guatemala existen distintas penas para quienes violen el toque de queda y otras medidas impuestas por el gobierno para prevenir la propagación de Covid-19. Éstas pueden ir desde multas hasta días de cárcel, lo cual depende de cada caso, explicó a Prensa Libre el abogado Alejandro Balsells.
La saturación del sistema de justicias por estas causas ha evidenciado la falta de jueves para atender las detenciones, considerando que los funcionarios vulnerables ante el virus por su edad o su estado de salud, se encuentran en aislamiento.
Para casos como violencia contra las mujeres, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) habilitó juzgados especializados. No obstante, hasta el momento estos no cuentan con las medidas sanitarias suficientes para prevenir un brote de Covid-19.
“Es totalmente contradictorio que la norma sanitaria dice que no se aglomeren personas y que el castigo sea aglomerarlas. Está fallando el sistema judicial y el responsable directo es el sistema de justicia y su incapacidad administrativa”, resaltó Balsells para Prensa Libre.
EAM