Mucho se ha hablado de la inminente llegada a la Fase 3 de la contingencia que ha sido implementada por la expansión del Covid-19, esta nueva cepa que tiene en jaque al mundo entero por las consecuencias sanitarias y económicas que conllevará. Sin embargo, poco se sabe sobre sus implicaciones en términos prácticos.
Ayer se anunció la extensión de la llamada Jornada de Sana Distancia hasta el 30 de mayo, aunque ésta podría ocurrir antes, el 17 de mayo, en aquellos municipios que registren bajos niveles de contagio. Esto implicaría un regreso paulatino a una serie de actividades con las que se podría impulsar el necesario relance económico del país.
Desde hace unos días se ha insistido en distintos foros acerca de la aplicación de la Fase 3, sin que se sepa exactamente en qué consistirá para la sociedad, las empresas y las autoridades la puesta en marcha de esta medida. El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, en quien ha recaído la responsabilidad de informar sobre la evolución y mitigación de esta pandemia en México, ha señalado que existen regiones como la zona metropolitana del Valle de México, Tijuana, Mexicali, Monterrey, Puebla, Cancún y Guadalajara, en donde, en los hechos, esta etapa ya se encuentra en proceso.
Dado que cada país tiene la potestad de implementar las medidas concretas que considere oportunas, en el caso de México el contenido de un escenario tal es aún desconocido. No obstante, es previsible que éstas impliquen un reforzamiento de lo ya adoptado, como la suspensión total de eventos públicos, la no celebración de reuniones sociales, el cierre forzoso de las actividades económicas consideradas como no esenciales (con medidas coercitivas para quienes no las respeten), la reducción drástica de vuelos y un llamado a la población a respetar el confinamiento absoluto.
Cabe mencionar que este último punto, el del confinamiento total, no estaría acompañado de medidas coercitivas como el toque de queda o el de la punición por parte de las autoridades, como lo ha reiterado la vocería gubernamental para esta pandemia.
Aplicada en los hechos, la Fase 3 no modificaría en mucho lo ya establecido. Ninguna fase o estrategia servirá si la autoridad no cuenta con el principal elemento que se requiere para atender de manera exitosa una circunstancia como la que actualmente se vive, que es el cabal cumplimiento de las medidas por parte de la ciudadanía. La sociedad no podrá exigir nada en contraparte al esfuerzo que se está realizando si no cumple con las recomendaciones que a diario hacen los expertos.
Segundo tercio. La Fase 3 de la contingencia sanitaria debería implicar la suspensión temporal de las conferencias mañaneras del presidente López Obrador y las nocturnas del subsecretario López-Gatell bajo el formato como hasta ahora se han llevado a cabo. Ante esta situación, el mejor escenario sería las comparecencias virtuales, como de manera responsable lo hace a diario la jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum.
Tercer tercio. No deja de sorprender el beneficio que traen para México iniciativas como el Banco de Alimentos, desde donde se rescata comida a lo largo de toda la cadena (campo, industria, centrales de abasto, comercios, hoteles y restaurantes) en apoyo de quienes menos tienen. Hoy más útil que nunca.
@EdelRio70