El presidente del gobierno español Pedro Sánchez llevará a la Unión Europea (UE) una nueva propuesta para la salida económica del país: un fondo de reconstrucción de 1.5 billones de euros en calidad de deuda perpetua.

 

La representación española propondrá este modelo en la cumbre de los líderes de la UE el próximo 23 de abril, durante la charla virtual que tendrán para acordar un modelo conjunto de financiamiento y atención a la crisis, informó El País, tras obtener el documento original de la propuesta.

 

Este fondo otorgaría subvenciones a los estados parte y no los obligaría a tener una fecha límite de pago, aunque deberán pagar los intereses por el tiempo que se tarden en emitir el pago total de la deuda adquirida.

 

Esto con el fin de ayudar a la recuperación de los países desde el primero de enero del 2021 con una vida útil de dos o tres años y la cantidad recomendada es la estimación de lo que necesitarían las naciones para lograr una pronta recuperación económica después de la crisis que dejará el Covid-19 en los países que tuvieron que parar sus economías y al mismo tiempo inyectar capital a sus sectores de salud.

 

Para el pago de deuda España propone la creación de impuestos europeos o impuestos comunitarios para gravar ciertas acciones acciones como el aumento de las emisiones CO2 o el uso de energías que no sean limpias, además de que solicita mantener los recursos de la Política de Cohesión y la Política Agrícola Común.

 

El fondo impulsaría a los sectores económicos más afectados, como es el caso de la industria del turismo y deberá estar contemplado en el Marco Financiero Plurianual, que considere el impacto de la crisis para el préstamo correspondiente.

 

Propone que la UE se ponga como meta restablecer la eurozona y “avanzar a la armonización fiscal completa”. Cabe señalar que la propuesta viene de uno de los países más afectados por la crisis, pues España e Italia vivieron el impacto más fuerte por los contagios en sus regiones.

 

Por otro lado se espera una oposición de Alemania y Países Bajos, que desde el principio de la crisis se han mostrado reticentes a otorgar fondos o facilitar préstamos a los países que mayores impactos han tenido por la crisis, por lo que la discusión se ha mantenido tensa.

 

MFBG