Durante 2019 se redujeron las ejecuciones de muerte en el mundo, pero aumentaron en algunos países como Arabia Saudita, China e Irak, según informe publicado hoy por la organización Amnistía Internacional (AI).
Mientras que en 2018 se contabilizaron 690, en 2019 hubo una reducción de casos hasta llegar a 657, lo que hizo que la tendencia de decrecimiento se mantuviera por cuarto año consecutivo.
Sin embargo, mientras a nivel internacional, la tendencia ha sido de reducir la pena de muerte, en algunos países como China, Arabia Saudita e Irak, las cifras han aumentado sensiblemente.
Las autoridades sauditas ejecutaron a 184 personas el año pasado, el número más alto registrado por Amnistía en un solo año en el país. Irán se mantiene en el segundo lugar, sólo después de China, y en Irak se duplicaron los casos entre 2018 y 2019.
En el caso de China, aunque Amnistía Internacional informó sobre “mil” casos, no se tienen cifras oficiales, debido a que las ejecuciones son un secreto de Estado en el país asiático.
Delitos relacionados con las drogas y el narcotráfico; mientras tanto, en Arabia Saudita, se ha documentado el uso de la pena de muerte para opositores políticos, lo que también fue rechazado por la organización.
En el caso de éste último país, se menciona, por ejemplo, la ejecución de 37 personas que fueron juzgadas y condenadas con base en confesiones hechas bajo tortura. En esas confesiones, los condenados afirmaron ser terroristas.
Además garantizó que no hay ninguna prueba fidedigna ha demostrado que la pena de muerte realmente desincentiva la comisión de delitos.
PAL