A muchos sorprendió la noticia que dio a conocer el conductor del noticiero nocturno de TV Azteca, Javier Alatorre el pasado viernes, en donde sin mediar imparcialidad alguna o presentar una nota a criterio de su audiencia, llamó a no hacer caso a lo que diga el subsecretario de Salud y encargado de la estrategia contra el coronavirus, Hugo López Gatell.
Lo dijo literalmente, “es más, se lo decimos con todas sus palabras, ya no le haga caso a Hugo López Gatell”. Además, apoyó sus dichos utilizando las palabras de una de las personas más cercanas al presidente, el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla; así como de la entrevista que sostuvo con Richard Ensor, en donde el mismo subsecretario reconocía que sus cifras tenían un subregistro, en virtud de que nadie podría tener las cifras reales, sino tan solo modelos matemáticos estimativos. Javier Alatorre se le fue con todo a quien el presidente López Obrador designó como la máxima figura para la atención de esta crisis en México.
El hecho llama aún más la atención si consideramos que los códigos no escritos de estos medios no permitirían que el conductor lo hiciera por sí solo, lo cual quiere decir que se requirió de la absoluta autorización o al menos del conocimiento de Ricardo Salinas Pliego -quien en días pasados también llamó la atención por su postura de anteponer el interés económico por encima de la salud con el argumento, por comprobarse aún y sin descartarse, de que las muertes serán mayores en una situación de catástrofe económica-. Y en ese momento como en mucho otros, llamaba a apoyar al país y al presidente.
Al final todo quedó en un apercibimiento (un llamado de atención, una advertencia) que realizó la Secretaría de Gobernación (Segob) en donde se pide respetar el trabajo de las autoridades de salud, y que, en caso de incumplir, la Secretaría iniciará el procedimiento administrativo sancionatorio establecido en la Ley.
Por eso la reacción del colectivo no tardó y más aún, cuando el presidente aprovechó para tocar el tema en su mensaje sabatino al pueblo de México, donde señaló el hecho e incluso resaltó, “Javier, mi amigo se equivocó”. Por ello el imaginario colectivo trata de entender qué fue lo que pasó, ya que no es menor que el dueño de una de las plataformas de comunicación más importante del país y número 2 del listado de Forbes a nivel nacional esté tan expuesto en los temas de interés nacional y sin que quede claro qué es lo que está pasando.
Hay muchas teorías que van desde configurar que López Gatell es la jugada de sacrificio de esta crisis, por lo que será quién asuma todo el peso ante un posible fracaso, hasta la idea de un posible éxito, que en esta tragedia parece remota, ya que nadie en su sano juicio podría pensar que existe un triunfo cuando haya una persona fallecida. En todo caso,y se dejarán las bases de un diagnóstico que nos permita que nunca más nos agarren mal parados.
* Arturo Ávila Anaya, presidente IBN/B Analitycs y experto en Seguridad Nacional por Harvard (NIS).
@ArturoAvila_mx