El secretario de Hacienda Arturo Herrera dijo hace unos días que se encontraba trabajando en su despacho elaborando estrategias “por si las cosas se ponían peor’’.

Y ya se pusieron.

La caída del precio del petróleo a nivel mundial -la mezcla mexicana se cotizó en -2.37 dólares por barril-, obligará al Gobierno lopezobradorista a jugar sus mejores cartas en materia económica.

Desde el inicio de su mandato, el presidente López Obrador apostó su resto a la petrolización de la economía con el rescate de Pemex y la muy cuestionada construcción de la refinería de Dos Bocas.

México logró disminuir su dependencia económica de los ingresos por la venta de petróleo, al grado de que en este momento representan el 20% del presupuesto de egresos de la Federación, un porcentaje aún alto considerando las circunstancias.

Lo ocurrido ayer en los mercados mundiales del petróleo obligará a un recorte mucho más agresivo de los 10,000 millones de barriles acordados hace unos días entre la OPEP y el resto de los países productores.

El recorté fue insuficiente y lo lógico sería que la OPEP pactara uno más agresivo; en el primero, México aceptó recortar su producción en solo 100,000 barriles diarios en tanto que Estados Unidos le “prestaría’’ los 300,000 barriles extras que demandaba el pacto.
¿Cuántos barriles estaría dispuesto a recortar México para salvar sus ingresos programados para este año? ¿Estaría López Obrador dispuesto a cancelar la construcción de la refinería de Dos Bocas ante el escenario del mercado internacional del hidrocarburo?

México, efectivamente, tiene contratado un seguro que cubre parte de la producción petrolera -se dice que hasta 70%- a un precio de 49 dólares por barril, como se presupuestó en noviembre.

Aún así, la caída de los ingresos por la venta de petróleo, la pérdida del grado de inversión de Pemex y la del país, auguran una maldita primavera -verano, otoño e invierno de varios años-, si las medidas que asuma el Gobierno siguen programadas para la siguiente elección y no para la siguiente generación.

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Si bien es cierto que hay quienes piensan, por las razones que sean, que las tiendas Elektra deben cerrar por la contiengencia “porque no son venden de productos esenciales’’, la realidad es que la pandemia también ha servido para que su competencia trate de debilitar su posición.

Las tiendas Elektra sí ofrecen servicios considerados esenciales.

Nada más en el 2019, más de 9 millones de mexicanos recibieron sus remesas en las sucursales de la tienda; ahora durante la pandemia lo siguen haciendo.

No se puede considerar que los productos electrodomésticos como refrigeradores, hornos de microondas, estufas y lavadoras no sean indispensables para ayudar a sortear la cuarentena.

Y para quienes quieran debatir la afirmación anterior, aquí una lista de los negocios que igualmente venden electrodomésticos y no reciben la misma atención que Elektra:

The Home Depot, Bodega Aurrerá, Chedraui, City Market, Fresko, La Cómer, Soriana, Superama o Walmart además de Costco y Sam’s Club, Famsa y Coppel.

¿Entonces?

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Una buena para Veracruz.

No, no se va el gobernador Cuitláhuac García -, nada más que el estado redujo su deuda en 3,000 millones de pesos.

Según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, mediante el Informe Ejecutivo sobre la Deuda Pública Subnacional, el estado de Veracruz está entre los 19 estados con reducción en su deuda pública, al haberla disminuido en 3 mil millones de pesos en el último año.

¿Qué significa? Que el estado ha ganado un margen de maniobra suficiente para contratar créditos hasta por el 15 de sus ingresos de libre disposición.

Por si se ofrece.