La naturaleza sufre las consecuencias de la vida humana. Mañana se cumplen 50 años desde que se creó el Día Internacional de la Tierra por el senador estadounidense Gaylord Nelson como una oportunidad para abrir el diálogo mundial sobre las consecuencias del mal manejo de los recursos naturales.
Para este aniversario se contempla una situación crítica en diferentes hábitats, tales como los deshielos de la antártida, los incendios de la selva amazónica, la peor invasión de langostas en Kenia y la pérdida de biodiversidad, todos estos daños son producto de la humanidad.
Las pandemias sanitarias tienen una fuerte conexión con la salud de los ecosistemas; entre los factores destaca el comercio ilegal de especies silvestres, ya que aumentan el contacto y transmisión de infecciones provenientes de animales, conocidas como enfermedades zoonóticas.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) asegura que cada cuatro meses emerge una enfermedad infecciosa, de las cuales 75% son contagiadas por animales; el estudio muestra la relación entre la salud de los humanos, los ecosistemas y la biodiversidad.
El porcentaje disminuiría si se implementan políticas públicas que ayuden a conservar la salud de la biosfera, pues nos ayuda a combatir la propagación de patógenos.
Al día de hoy se contempla un millón de especies en peligro de extinción, vitales para equilibrar la vida de la tierra y contrarrestar los efectos del calentamiento global.
A causa de la pandemia de Covid-19 se han visto mejoras en la calidad del aire y reducciones en las emisiones de gases de efecto invernadero, resultados temporales del aislamiento social por el virus.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su programa para el medio ambiente puntualiza en la importancia de la biodiversidad para la vida humana y contempla la urgencia de crear economías sustentables para el planeta.
Cuarto números definen el futuro de millones
Antonio Guterres llamó a los gobiernos a usar las afectaciones financieras que sufren a causa del virus, como una oportunidad para forjar una economía sustentable, y pidió a los gobiernos no rescatar a las industrias altamente contaminantes.
En cifras de la ONU podemos observar cuatro datos que van a definir el futuro de millones de personas:
1.5 °C.
Podemos frenar el calentamiento global 1.5 °C. de acuerdo con los científicos de la ONU, pues el nivel de calentamiento que enfrentamos está asociado a efectos menos devastadores, y cada vez que suba esta cifra impactará cada vez más fuerte.
Si sube 1.5 °C. más de 70% de los arrecifes de coral van a morir, y de subir 2°C se perderán casi todos.
25 GT
Para limitar el aumento de la temperatura, las emisiones de efecto invernadero deben caer 25 gigatoneladas para 2030.
56 GT
Como estamos ahorita, las emisiones alcanzarán 56 gigatoneladas CO2e para 2030, es decir, más del doble de lo que deberían ser
7.6%
La solución al calentamiento global 1.5 °C. está en reducir 7.6% las emisiones cada año, esto se lograría con acciones gubernamentales.
Todos contra el deterioro ambiental
Hoy estrena el documental El último suspiro, hecho por especialistas en cuidado del medio ambiente: Regina Domingo, conservacionista y fotógrafa subacuática, es fundadora de Nakawe Project y activista ambiental; Andrés Novales, biólogo guatemalteco; Gerardo del Villar, fotógrafo subacuático que ha dedicado su vida a fotografiar tiburones alrededor del mundo; René Villanueva Naturalista, botánico y jefe de contenidos de documentales de fauna; y Arturo Islas, activista ambiental.
“Queremos llevar a las personas a lo que nosotros pudimos ver y sufrir, nosotros que nacimos con la naturaleza en nuestra sangre y vemos cómo se está destruyendo”, comenta Arturo Islas.
En el documental podemos ver de primera mano la travesía de estos cinco especialistas en un recorrido por diferentes ecosistemas.
Puedes ver el documental en las redes sociales verificadas de Arturo Islas de forma gratuita.
LEG