En 2019, 135 millones de personas de 55 países y territorios sufrían hambre extrema (más de la mitad vive en África; 43 millones en Oriente Medio y Asia, y 18 millones en América Latina y el Caribe), de acuerdo con el informe de la Red Mundial contra las Crisis Alimentarias, que advierte que es la cifra más alta documentada desde la primera edición del estudio -en 2017- y un incremento de 22 millones respecto al año 2018… pero la llegada del Coronavirus podría disparar los números.
El informe, realizado por una alianza internacional de organismos de las Naciones Unidas gubernamentales y no gubernamentales que trabajan para abordar las causas fundamentales del hambre extrema, también indica que, en ese medio centenar de naciones, 75 millones de niños sufrieron retraso en el crecimiento y 17 millones sufrieron delgadez excesiva causada por la falta de alimentación.
Los principales factores que motivaron este crecimiento fueron los conflictos, en particular en la República Democrática del Congo y en Sudán del Sur, junto a fenómenos meteorológicos extremos y las turbulencias económicas en Guatemala, Haití, Pakistán, Zambia y Zimbabwe.
El Programa Mundial de Alimentos calcula que el impacto económico del Covid-19 durante este año elevará a 265 millones el número de personas expuestas a inseguridad alimentaria aguda.
Ante el aumento, la ONU destacó “fundamental” la necesidad de mantener los programas de asistencia alimentaria, entre ellos los propios de la Organización, para ayudar a casi 100 millones de personas vulnerables en todo el planeta.
AR