Un grupo de trabajadores soldaba el lunes láminas de acero para cubrir por completo las puertas de las celdas en las que se reclutan a cientos de pandilleros en El Salvador con el propósito aislarlos y evitar la comunicación entre ellos.

 

 

Tras un inusual incremento de los homicidios en el país centroamericano, atribuido principalmente a las pandillas llamadas “maras“, el presidente Nayib Bukele ordenó que las medidas en las cárceles y en los territorios.

 

 

“Vamos a hacer que los pandilleros que cometieron esos homicidios se arrepientan toda su vida de haber tomado esa decisión”, dijo el mandatario en una reunión de su gabinete de seguridad, según un tuit de la Secretaría de Prensa de la Casa Presidencial publicado el lunes.

 

 

Horas más tarde, Bukele celebró a través de sus redes sociales la implementación del nuevo modelo de seguridad, un régimen de aislamiento adoptado de una prisión de máxima seguridad en El Salvador, donde se recluyen cabecillas.

 

 

“Ya no se podrá ver hacia afuera de la celda. Esto evitará que puedan comunicarse con señas hacia el pasillo. Estarán adentros, en lo oscuro, con sus amigos de la otra pandilla”, dijo el presidente y advirtió a quienes siguen provocando violencia en las calles que solo “les quedan algunas horas”.

 

 

En el complejo carcelario Izalco, a 65 kilómetros de la capital, miembros de las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y su rival Barrio 18 eran exhibidos, protocolos con ropa interior, sus tatuajes alusivos, cabelleras rapadas y sin ningún tipo de protección en El marco de la emergencia por el coronavirus.

 

 

En todo el sistema de cárceles están reclutados unos 12.862 pandilleros, informó la Dirección de Centros Penales.

 

 

La directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara, dijo que las medidas impulsadas por Bukele están enmarcadas en un contexto “preocupante” con expresiones del uso excesivo de la violencia o el uso de los militares.

 


 

“Vimos con mucha preocupación esas escenas de las últimas medidas tomadas en las cárceles, referencia a las personas privadas de su libertad, que son escenas donde juntan a las personas en los patios de las cárceles de manera humillante, denigrante”, expresó.

 

 

La medida también fue criticada por el director de Human Rights Watch (HRW) para las Américas, José Vivanco, quien consideró a la Organización de los Estados Americanos (OEA) a considerar las acciones emprendidas por Bukele .

 

 

“Si continúa el mismo camino, se graduará muy pronto como otro líder autocrático en la región”, dijo. “Tenemos el deber de garantizarnos de que El Salvador no se convierta en otra dictadura”, añadieron.

 

 

Durante el fin de semana, el país centroamericano reportó un total de 58 homicidios, según datos de la Fiscalía, la jornada más sangrienta desde que el presidente Nayib Bukele asumió su mandato el 1 de junio de 2019.

 

 

El mandatario ordenó el aislamiento total por 24 horas, la suspensión de todas las actividades al interior de las prisiones y aglutinar a miembros de diferentes pandillas en una misma celda, supuestamente con el propósito de cortar la comunicación.

 

 

También autorizamos a los cuerpos de seguridad el uso de la “fuerza letal” contra los pandilleros.

 

 

El Salvador, que había reportado varios días sin ningún homicidio y una reducción significativa desde la llegada de Bukele a la presidencia, el año pasado 36 homicidios por cada 100 mil habitantes

 

 

DAMG