Si alguna esperanza había de que el sector empresarial y el Gobierno coincidieran en una estrategia común para rescatar al país de la crisis económica, ésta se quebró ayer.

Sin conocer bien a bien los términos del acuerdo logrado entre el Consejo Mexicano de Negocios y el BID Invest para propiciar la liquidez de 30,000 MiPymes, el presidente López Obrador lo descalificó y lo comparó con la intención de crear un nuevo Fobaproa.

“No me gusta mucho el modito’’, dijo al referirse al acuerdo que, según él, la iniciativa privada quiere imponerle.

“La Secretaría de Hacienda no dará su aval’’, afirmó tajante.

El Presidente desconoce que se trata de un acuerdo entre particulares que no compromete un peso de dinero público y por lo tanto no requiere el aval de la Secretaría de Hacienda.

Como ayer se explicó aquí, el factoraje inverso es un mecanismo para facilitar el pago de facturas aprobadas, vía un crédito, con el pago de una comisión al banco, lo que permite al proveedor cobrar su dinero de manera más rápida y garantizar la liquidez de su empresa.

No se trata de “rescatar’’ a las empresas, como dijo López Obrador, y menos con recursos públicos.

Pero de este desatino resaltan varios asuntos:

El primero, el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, fue informado de las negociaciones y el acuerdo final.

Tan fue así, que en la cabeza del boletín publicado el domingo para anunciar el acuerdo aparecen el CMN, el BID Invest y la SHCP.

¿Herrera no le comunicó al Presidente de este acuerdo o López Obrador no le entendió?

Segundo, el canciller Marcelo Ebrard se congratuló por el acuerdo alcanzado entre la IP y el BID en un tuit que sigue en su cuenta personal; la Secretaría de Economía hizo lo mismo.

¿Ni Ebrard ni Graciela Márquez le comentaron al Presidente sobre el asunto?

Es decir, tres destacados miembros del gabinetazo ¿no tuvieron la comunicación correcta con López Obrador para anunciarle el acuerdo?

Si es así, no solo la relación del Gobierno con la IP está rota, también lo está la comunicación institucional que debería haber en el Gobierno a ese nivel.

De ese nivel.

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Por cierto, hablando de la Secretaría de Economía, el que seguramente se habrá llevado un jalón de orejas -por lo menos-, es el subsecretario Ernesto Acevedo quien en un foro virtual organizado por el Consejo Coordinador Empresarial (gulp), previó que el país vivirá una crisis económica “inédita’’.

De acuerdo con el funcionario, la crisis económica provocada por la pandemia durará más de 19 meses -como las otras crisis- y superará con mucho la caída del PIB que fue de -4.2 en las anteriores emergencias.

Eso contrasta con el optimismo y los otros números de López Obrado que, si bien hasta ayer no tenía claro cuáles Subsecretarías iba a desaparecer, al parecer ya tiene en la mira a la primera.

Aunque lo dicho por Acevedo es la proyección que todos los economistas serios vienen haciendo desde febrero pasado.

A ver.

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Ya conocemos el afán casi enfermizo del coordinador de Morena en San Lázaro, Mario Delgado, por tratar de complacer al precio que sea al jefe del Ejecutivo, aunque en ello vaya la independencia del Legislativo.

La gran pregunta es si Mario Delgado se arriesgará a tratar de aprobar en esta semana la iniciativa de ley enviada por López Obrador para dejar la carta libre para el manejo del presupuesto pasando por sobre los diputados y la Secretaría de Hacienda.

¿Se atreverá?

LEG