El Programa Mundial de Alimentos (PMA) y Unicef, exhortaron a los gobiernos para prevenir las consecuencias para la alimentación y la salud de los 370 millones de niños que no tienen acceso a comidas escolares, tras el cierre de planteles por el aislamiento social causado por el Coronavirus.
David Beasley, director ejecutivo de PMA, afirmó que para millones de niños la comida escolar es la única que consumen durante el día. “Sin ella, pasan hambre, corren el riesgo de enfermarse, abandonar la escuela y pierden su mejor oportunidad de escapar de la pobreza”.
“Debemos actuar ahora para evitar que la pandemia sanitaria se convierta en una tragedia alimentaria y para asegurarnos de que nadie se quede atrás”, aseguró.
Henrietta Fore, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones para la Infancia (Unicef), apuntó que “la escuela es mucho más que un lugar de aprendizaje. Para muchos niños representa su salvación en materia de seguridad, y en los servicios de salud y nutrición”.
“A menos que actuemos de inmediato, aumentando los servicios que salvan las vidas de los niños y niñas más vulnerables, las devastadoras consecuencias de Covid-19 se dejarán sentir durante las próximas décadas”, dijo.
Los organismos de la ONU pidieron 600 millones de dólares para continuar con esos programas de alimentación, ya que colaboran con los gobiernos de 78 países transportando raciones escolares a los domicilios de los alumnos.
Además, se comprometieron a comprometido a ayudar a los gobiernos para que retomen los programas de alimentación escolar y sanitarios cuando las escuelas vuelvan a funcionar con normalidad durante los próximos meses.
AR