Los actores y exconductores del programa Bizbirije -que marcó a toda una generación de niños a finales de los 90- Plutarco Haza, Esteban Soberanes y Mario Corona, se reunieron por primera vez de manera virtual para recordar anécdotas del que fuera una plataforma que le dio al Canal 11 premios internacionales, y a la televisión mexicana una forma distinta de comunicar contenidos infantiles que serán recordados por siempre.
En la reunión inédita, organizada en la página de Facebook de Loft Cinema, los actores anunciaron que próximamente lograrán hacer llegar a los seguidores de Bizbirije la famosa credencial que los acreditaba como “reporteros” del programa, que estaba integrado por contenido que los mismos niños enviaban desde sus casas.
Justo este fue el ingrediente que se convirtió en la “catapulta” para hacer popular y trascendente al programa que duró una década al aire, entre 1996 y 2006.
“Ser reportero de Bizbirije era darles a los niños un espacio para comentar, para hacer, para compartir; era una enorme responsabilidad ser el jefe de reporteros en un programa así, porque era la responsabilidad de guiarlos y de ser parte de toda una generación. Tuve la fortuna de estar seis años como conductor del programa y era divertido trabajar en ello”, dijo Soberanes, actor que en 2020 cumplió 30 años de experiencia profesional en teatro, cine y televisión.
Plutarco Haza, quien le dio vida a dos personajes al arranque del programa en 1996, el conductor Alex y el detective Clack, recordó que la magia de Bizbirije, fue el contenido educativo para niños de todas las edades, diseñado por sus creadores que tenían estudios pedagógicos, y la intención de no subestimar la inteligencia de los infantes.
“Era intentar hacer televisión asumiendo a los niños como seres inteligentes, incluso a veces mucho más inteligentes que nosotros. Cualquier niño se podía conectar con los temas y con lo que se estaba transmitiendo. Era como hacer un programa para niños críticos como alguien que ve a Martin Scorsese y Francis Ford Coppola”, refirió.
Haza tuvo que abandonar Bizbirije en 1997, debido a su participación en la telenovela Mirada de Mujer, aunque recuerda a esa etapa como “la novia a la que tienes que dejar para crecer, pero que siempre recuerdas con mucho cariño”.
Tras Haza, llegó Esteban Soberanes a conducir Bizbirije y permaneció ahí por seis años, tiempo en el que logró hacer del programa totalmente grabado, episodios en vivo, que inyectaban frescura y mayor interacción con el público.
“Fuimos el único programa en aquel entonces que ganó premios internacionales como el Prix Jeunesse muy prestigioso de Alemania, donde se rescataba la labor que se hacía de contenido maravilloso para niños. Eso le dio un dinamismo al programa, más la conducción que le dio una frescura a la televisión mexicana en aquel entonces”, contó.
Soberanes también dejó el programa para continuar con sus proyectos como actor, a pesar de que durante la emisión del mismo, seguía con películas y obras de teatro, pues nunca detuvo su experiencia que ya traía desde 1990.
Es así como se incorporó a la familia Bizbirije, Mario Corona, el último conductor del programa, quien recuerda que también tuvo que “dobletear” su trabajo en Canal 11 con la grabación de películas como “Niñas Mal”, laborando más de 50 horas seguidas para poder cumplir con ambos compromisos.
Entre los comentarios del público que siguió la transmisión dirigida por Salvador Franco, el más común fue el reclamo de no tener la credencial de reporteros, misma que no llegó a los hogares de aquellos niños que deseaban presumir, en esa época, ser parte del programa.
Ante ello, Soberanes lanzó la propuesta para que entre los tres conductores pudieran hacer llegar la credencial a los seguidores de Bizbirije.
Antes de finalizar la emisión que duró más de una hora, Haza, Soberanes y Corona, cantaron la canción de la intro de aquel programa que marcó a toda una generación de niños que querían ser reporteros y contar lo que estaba sucediendo en su Ciudad.
Como mensaje del Día del Niño, los tres actores les dijeron a sus seguidores, la famosa frase que llenaría de nostalgia al niño interior de los hoy “chavorrucos”: ¡Ponte Bizbo!
fahl