Sus pugnas son conocidas.
Se llevó las tribus perredistas y a ellas se sumaron la leva de priistas, panistas y políticos de toda laya.
Pero se acerca hacia una definición sobre cómo conducirse y ser, por fin, un partido político.
Las reglas no dependen del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), sino de la instancia jurisdiccional.
Aunque cada tribu tiene sus propios intereses, en la lucha por el poder se han dividido en dos corrientes muy bien definidas.
De un lado, el ala dura.
Ahí están Yeidckol Polevnsky, Bertha Luján -ambas aspirantes a presidirlo con la venia de ya saben quién-, Martí Batres, el grupo de René Bejarano, Paco Ignacio Taibo, Pedro Miguel…
Enfrente, con posiciones menos radicales o moderadas, están personajes tipo Ricardo Monreal, Mario Delgado y quienes pretenden dejar atrás el primitivismo de la izquierda.
En términos prácticos, los primeros quieren, contra las advertencias de amplios sectores de la sociedad, continuar a rajatabla por la actual senda del Gobierno.
Y los segundos propugnan ajustes, vía negociaciones con los sectores, para buscar mejoras en el país y satisfacer al amplio electorado del 2018.
NUEVO TORQUEMADA
En el ala extremista hay un personaje nacido en República Dominicana.
Desde la presidencia de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, Héctor Díaz Polanco, se ha convertido en el Torquemada y procede contra quienes no son incondicionales.
Condujo la expulsión de Lily Téllez de la bancada de Morena en el Senado, aunque la defensa de Ricardo Monreal y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anularon ese castigo a la libertad.
Ha pretendido también la inhabilitación de Alejandro Rojas Díaz-Durán, quien se ha convertido en el principal crítico de las políticas morenistas.
El odio persiste a pesar de las negociaciones y cesiones de Rojas Díaz-Durán, como confirma el retiro de su impugnación a la elección de Alfonso Ramírez Cuéllar como presidente nacional.
Pero éste se debe al grupo duro y al impulso de Claudia Sheinbaum y por lo tanto persiste en dos intentos: realizar un congreso cuestionado y entregar el mando a Bertha Luján.
El tiempo, las circunstancias y el Tribunal juegan en contra de ese núcleo talibán.
A CAZAR AUSENCIAS
1.- La suerte está echada:
Cualquier falla de un diputado o senador de oposición a las sesiones de la Comisión Permanente será fatal.
Morena solamente necesita la ausencia de uno de ellos para, con dispensa de trámites, convocar a un período extraordinario.
En él, ya lo advirtió Mario Delgado, impondrán su mayoría para dar plenos poderes al Presidente en el manejo del presupuesto.
La semana pasada no se doblaron priistas, panistas, perredistas y emecistas, pero nada garantiza la presencia de sus 13 integrantes a todas las sesiones.
-Las órdenes deben cumplirse -es la instrucción.
Y 2.- El aislamiento de pueblos y comunidades en Oaxaca ha dado resultado, para sorpresa de las autoridades sanitarias.
Pese a todo, en las ciudades hay disposición de respetar el Quédate en Casa y lo mostró Alejandro Murat, a quien cortó el pelo su esposa Ivette Morán.
Al gobernador le gustó el trabajo, pero el hijo dijo entre broma y risas:
-Como mordida de burro.
LEG