La jueza Ruth Bader Ginsburg participó hoy en la audiencia telefónica de la Suprema Corte de Estados Unidos desde su cama hospitalaria, ya que se encuentra internada desde la noche del martes.
Bader, de 87 años, fue internada por inflamación de la vesícula biliar, pero se informó que “descansaba cómodamente” en su cama de hospital, por lo que este miércoles se reintegró a sus actividades regulares.
La Suprema Corte ha implementado un sistema sin precedentes para la historia de Estados Unidos, pues sesiona por teléfono para evitar que los jueces enfermen por la expansión de la pandemia, ya que la mayoría son adultos mayores y los dos más jóvenes ya rebasan los 52 años.
A pesar de la aparente debilidad que reflejaba su voz, la jueza mantuvo sus cuestionamientos durante la sesión de la Suprema Corte en la audiencia que debatía si las mujeres en el país podrán mantener los anticonceptivos contemplados en sus seguros médicos, como hasta ahora lo plantea el programa Obamacare.
La defensa, que forma parte de la administración Trump, estipula que las empresas tienen derecho a negar el pago de estos métodos si tienen alguna objeción de conciencia, como las causas religiosas.
La jueza es la representante de mayor edad dentro de la Suprema Corte y fue la protagonista en los argumentos orales, pues cuestionó en repetidas ocasiones el plan estipulado por la actual administración para reducir los beneficios de las trabajadoras que ya cuentan con seguro médico.
AR