En tiempos cuando las mascotas han adquirido la importancia casi de un hijo para miles de personas en el mundo, la cuarentena y las restricciones generalizadas en el mundo también afectaron a los peludos acompañantes.
Cuando Guy Nizan voló a Israel con su esposa e hija por una emergencia familiar en marzo, Gula -su pastor alemán mestiza de seis años-, se quedó en Nueva York con un cuidador de mascotas.
Cuando la epidemia del Coronavirus se aceleró y las aerolíneas cancelaron sus vuelos, quedó claro que la familia no regresaría a casa en el corto plazo, y tras la cancelación de los servicios de transporte de mascotas, la desesperación de los Nizan por reunirse con Gula aumentó.
“No podemos soportar la idea de que esté sola”, expresó Guy Nizan emocionado.
Después de casi dos meses, una compañía de transporte de mascotas le encontró lugar en un vuelo de carga de la aerolínea israelí El Al.
Más de mil mascotas están actualmente abandonadas en el mundo debido a las cancelaciones de vuelos y cierres de fronteras que buscan frenar la propagación de la pandemia, según siete compañías internacionales de transporte de animales.
Las grandes aerolíneas, como United Airlines, que han recortado los vuelos de pasajeros en más de 90%, suspendieron sus programas de mascotas a mediados de marzo, afirmando que ese tipo de transporte no era rentable, o bien no se podía realizar de forma segura.
Sólo algunas aerolíneas, incluida IAG Cargo, compañía hermana de British Airways, aún llevan mascotas. IAG, que rápidamente destinó aeronaves para pasajeros al transporte de carga, lleva perros desde Nueva York a Londres a diario.
Los dueños de mascotas en Australia han resultado especialmente afectados. Actualmente, ninguna aerolínea lleva mascotas al país, que tiene estrictas normas sobre animales, las cuales incluyen exámenes exhaustivos y tratamientos previos a realizar el vuelo.
Eso significó que Frances Hayter y su marido Alan, que se trasladaron a Texas por ocho meses debido a razones laborales, debieron tomar una dolorosa decisión cuando encontraron pasajes en uno de los últimos vuelos a Australia y dejaron a su gato Indigo, de 10 años, a la espera de un futuro transporte.
“No tenemos hijos, así que abandonar a nuestra mascota fue una decisión muy seria”, dijo Hayter.
Indigo ha estado alojándose en una veterinaria de Houston desde el 18 de marzo, pero Hayter sostuvo que la avanzada edad del abisinio es una constante preocupación.
El transporte de mascotas representa una fracción de los 65 mil millones de dólares del mercado global de transporte de carga aérea y muchas aerolíneas están ofreciendo el servicio sólo para mantener pasajeros.
fahl