El plan de pintar de negro el muro que divide a México con Estados Unidos, en lo cual insiste el presidente Donald Trump, podría generar un aumento de 500 millones de dólares al costo del proyecto.
De acuerdo con información obtenida por The Washington Post, el presidente insiste en pintar el muro de negro a pesar de que el plan original de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos lo desaconseja.
Las consideraciones del plan sobre este cambio indican que es innecesario y costosos, sobre todo a largo plazo, cuando se le deba dar mantenimiento, pues se tendrán que aplicar nuevas capas de pintura.
La idea inició con la campaña del presidente y se le ha señalado en diferentes ocasiones que esta no es la mejor opción, pero él mismo ha insistido en que este plan permanezca contemplado dentro del presupuesto.
De acuerdo con el diario estadounidense el mes pasado se realizó una reunión sobre el muro, en la cual Jared Kushner, asesor de la presidencia, notificó que Trump insistía en la pintura del muro, por lo que sería necesario modificar los contratos.
El presupuesto entregado a la presidencia incluye la consideración de dos capas de pintura acrílica por 500 millones, pero si se le aplican dos capas de polvo de recubrimiento (también conocida como pintura electrostática), la opción más costosa, podría subir el precio a 3 mil millones de dólares.
La Casa Blanca no ha anunciado la decisión oficial, pero Donald Trump ha solicitado “negro plano” o negro mate, aunque mantiene que este sea el color que lleve la construcción en la frontera.
El muro continúa siendo la promesa del presidente y una de sus mayores banderas para la reelección, el cual ha empleado aún en el discurso para el combate de la pandemia, a pesar de que su país tiene más casos que cualquier nación del continente americano, de donde proviene la mayoría de los migrantes que ingresan por esta zona.
AR