Foto: Reuters / Achivo El terminó de la Segunda Guerra Mundial tiene dos fechas, dependiendo de quiénes lo narran, el 8 de mayo para el occidente o el 9 de mayo para la historia soviética  

Hace 75 años, en Berlín, altos mandos de las tropas soviéticas, del Reino Unido y de Estados Unidos se sentaron frente a los militares del derrotado ejército alemán para firmar su rendición oficial, conocida como la Capitulación de las fuerzas armadas nazis.

 

La caída del nazismo ya era definitiva cuando el ejército de los Aliados tenían rodeada Berlín y Adolf Hitler se había quitado la vida, pero hacerla oficial era uno de los hechos simbólicos más relevantes para la Segunda Guerra Mundial.

 

Los documentos firmados en 1945 por el mariscal de campo alemán Wilhelm Keitel, se recuerdan en dos fechas, dependiendo de quiénes lo narran, el 8 de mayo para el occidente o el 9 de mayo para la historia soviética.

 

El nazismo rodeado

 

El 30 de abril de 1945, Hitler se suicidó con su esposa Eva Braun en un búnker en Berlín, otros líderes como el propio ideólogo del nazismo, Joseph Goebbels, lo imitaron y el proyecto político quedó derrotado, afirma el historiador Emilio Calderón en entrevista con Notimex.

 

Al iniciar mayo gran parte del territorio que ostentaba la Alemania de Hitler ya había sido liberado, el ejército soviético logró abrir los campos de concentración, las fuerzas armadas de los Aliados ayudaban a la recuperación de los que ahí se encontraban y tanto estadounidenses como británicos también rodeaban Berlín.

 

En ese momento resultaba evidente la molestia entre los soviéticos y su liderazgo contra el resto de los aliados, pues tardaron demasiado tiempo en enfrentar a Hitler y “para Joseph Stalin era un mensaje muy claro, significaba que esperaban que el nazismo acabara lo más que pudiera a la URSS”, de esta manera pretendían debilitar a los dos ejércitos, afirma el historiador.

 

De acuerdo con algunas estimaciones en la Segunda Guerra Mundial el número de decesos entre los miembros de la URSS fue de 29 millones de personas, tanto soldados como civiles, mientras que las bajas de Estados Unidos se calculan en 413 mil, lo que marca una enorme diferencia en las implicaciones que tuvo esta guerra para ambos países.

 

Al realizar la firma de la capitulación, los alemanes intentaron negociar pero se encontraban en una situación de desigualdad, Alemania estaba ocupada y no tenían nada que ofrecerles, los militares al mando reconocieron que se acabó la partida y más que una negociación aceptaron el fin de la guerra en el frente europeo, asegura Calderón.

 

Durante la firma se encontraban los representantes del Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Soviética, así como los líderes militares de la aviación, las fuerzas armadas y la marina de Alemania. Fue una rendición total que para los soviéticos representa “El día de la Victoria”.

 

El fin de la guerra: el inicio de las celebraciones y las negociaciones

El 9 de mayo en Rusia continúan celebrando con un magno desfile militar la derrota del ejército que lograron vencer por primera vez en la Batalla de Stalingrado, la cual tuvo lugar entre 1942 y 1943.

 

Esta batalla, apunta Calderón, tiene un fuerte simbolismo, pues representa la primera derrota del ejército que se creía invencible por otras naciones, ya que desde la invasión de Polonia en 1939 ninguna fuerza militar había podido igualar al nazismo.

 

Después de lograr la firma de la capitulación de las fuerzas armadas alemanas en 1945 los países vencedores iniciaron las negociaciones, para establecer la nueva posición de Alemania en el mapa mundial.

 

Los estadounidenses y británicos estaban interesados en evitar un nuevo rearme y la expansión económica de Alemania, mientras la URSS buscaba la reivindicación ideológica de su poder en la batalla, lo que implicó la pelea por las zonas industrializadas y por supuesto lo que representaba Berlín, recordó Emilio Calderón.

 

Esta disputa llevó a lo que se conoció, durante la llamada Guerra Fría, como la Alemania Occidental y Alemania Oriental, que años después, en 1961, sería marcada por el Muro de Berlín, que dividía a la ciudad no sólo geográficamente  sino también ideológicamente.

 

Esto también dividió la historia y la forma de evaluar la guerra, resalta Calderón, mientras que el lado controlado por los aliados señala a los ciudadanos como culpables de las acciones contra grupos sociales como los judíos, homosexuales, gitanos, discapacitados, socialistas, entre otros; la Unión Soviética los señalaba por dañar a la “madre patria”, que tenía un fuerte valor.

 

El historiador advierte que esto no quiere decir que no sea positivo que se recuerde como un episodio violento, pero resulta evidente que en la narrativa de los hechos hay una gran influencia ajena a Alemania.

 

Un paso atrás para mirar la historia

El Muro de Berlín fue derrumbado en noviembre de 1991, junto con él terminó la Guerra Fría, que mantuvieron la URSS y Estados Unidos, después de que las diferencias fueron más fuertes que el enemigo en común que vencieron en 1945.

 

La conmemoración de 75 años de la liberación de los campos de concentración, el fin de la guerra y del inicio de los diálogos internacionales que darían pie a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se celebra este 2020.

 

Vivimos en un mundo sin Guerras Mundiales, aunque con batallas localizadas en las que desgraciadamente se han perdido miles de vidas. Pero la pandemia de Covid-19 representa un nuevo reto para la humanidad, este año parecen imposibles las reuniones multitudinarias y las exposiciones en los museos, por lo que en estos meses sólo queda la memoria.

 

EAM