Nunca se había registrado tal cifra: 20 mil empleos perdidos por día durante el mes de mayo. Es un dato dado a conocer recientemente por el sector industrial del país, que aseguró que ante la emergencia sanitaria por Covid-19, se espera bajen la cortina de manera definitiva más de un millón de empresas, en su mayoría Pymes. Por donde se vea son números poco alentadores y más si consideramos que aún no se conocen los efectos reales de la pandemia en México.
Hablando en términos económicos, los datos que ha dejado el coronavirus son desastrosos, tan solo en Estados Unidos, una de las principales potencias mundiales, se registra la pérdida de 30 millones de empleos; ante ello, se han asignado estímulos fiscales y en breve se espera que reabran de manera paulatina las industrias para detener la caída.
La Organización Internacional del Trabajo, la OIT, aseguró que 81% de los trabajadores a nivel mundial están siendo afectados de manera parcial o total por el cierre de los centros de trabajo e incluso ha hecho un llamado para que se conserven todos los tipos de contratación. De sobra está tener títulos académicos y presumir diplomas cuando no se logra comprender algo tan claro como el hecho de que desaparecer la subcontratación significaría, no sólo para México, sino para millones de familias que dependen de este modelo, la estocada final.
La cosa es sencilla, promover y orillar al ahorcamiento de las Pymes mediante una reforma extremista está fuera de todo contexto y de toda realidad, lo bueno es que por más intentos realizados por el legislador Napoleón Gómez Urrutia -curiosamente de extracto morenista-, de aprobar una reforma que pone en riesgo más de ocho millones de empleos, nadie le ha hecho caso, es una obviedad que lo que menos necesita México es más desempleo, por el contrario, para salir adelante se debe fortalecer a las Pymes para que éstas logren sostener las contrataciones que generan, en este caso la banca privada ya está ofreciendo créditos. Suerte a Napito, que lleva más de seis meses entretenido en este tema.
Pruebas rápidas detenidas en la aduana
Hablando de tiempos y del Covid-19, ya casi se cumple un mes de que más de 10 mil pruebas rápidas para detectar esta enfermedad están detenidas en la aduana. Las mineras han tomado todas las precauciones y no han escatimado gastos para proteger a los trabajadores, sin embargo, estas pruebas avaladas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, la FDA, y que serían de gran utilidad para nuestro sector, siguen en espera de ser liberadas. Ojalá que el ex subsecretario del Trabajo, Horacio Duarte, quien conoce bien las necesidades de los trabajadores y que recientemente fue nombrado titular de Aduanas, logre liberar este asunto.
Mientras que en otros países están incluso ya avalando test caseros para detectar el Covid-19 mediante una prueba de saliva, aquí en México seguimos no solo sin autorizar las pruebas rápidas, sino que a decir de expertos de la salud, no se realizan las suficientes de laboratorio.
Cabe mencionar, y con mucho orgullo, que en nuestro sindicato El FRENTE no hay un solo caso registrado por contagio de coronavirus, lo que nos lleva a reconocer el esfuerzo y compromiso de los compañeros sindicalizados para cumplir con las normas de salud, pero también a redoblar esfuerzos para seguir conservando este importante récord.
@CarlosPavonC