Cuando hay una emergencia, en cualquier país del mundo, la población se une, hace un frente común para combatir el origen de esa crisis. Sobre todo en las democracias donde se sabe que lo que afecta a un sector de la población repercute en el resto.
En México no es la excepción, a pesar de que todavía hay grupúsculos que le apuestan al desastre económico, a la muerte y al colapso de un sistema de salud que se desarrolló con graves deficiencias desde hace muchos años.
Así, ante un enemigo común la conciencia de los diferentes grupos de México se une para crear un solo frente, cada día más sólido, y combatir juntos el coronavirus. No debemos olvidar que combatir la pandemia es sólo un medio para alcanzar el fin que es la salud y el bienestar de la población.
Curar el coronavirus es un paso intermedio de todo Gobierno, aunque algunos lo consideren en su miopía, el objetivo final.
Dentro de este esquema de una guerra contra una enfermedad mortal, que algunos adoptaron como guerra política, se incorporaron a la lucha común sectores de la población como es el caso de la estructura sanitaria de Teletón, infraestructura sanitaria que tiene cobertura en todo el país, y a través de su presidente, Fernando Landeros, se firmó un convenio con el Gobierno federal para que los Centros de Rehabilitación e Inclusión Infantil atienda a infectados con coronavirus.
Desde finales de abril, Teletón ofreció sus instalaciones al Gobierno de México, las cuales cuentan con consultorios equipados, mobiliario y áreas con gran capacidad de atención: “Es momento de sumar y de ser solidarios. Es por ello que ofrecemos a la Presidencia de la República nuestra infraestructura para contribuir a las soluciones de los objetivos sanitarios nacionales”, comentó Landeros.
Así el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, informó del acuerdo con Teletón, donde el Presidente señaló que “es una muestra de solidaridad y es parte de la suma de voluntades para enfrentar la pandemia”.
Estuvo presente en dicha firma Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, quien señaló que serán 23 instalaciones “de primer nivel” de Teletón las que podrán reconvertirse para atender a enfermos.
Durante su intervención, Fernando Landeros, dio a conocer los nombres de los empresarios que ayudan a reconvertir los CRIT de Teletón, entre los cuales se cuentan Emilio Azcárraga, presidente de Grupo Televisa; Alejandro Vargas, de MVS; Juan Francisco Ealy Ortiz, de El Universal; Carlos Slim, de Grupo Carso, Rogerio Azcárraga, de Radio Fórmula, y Alejandro Ramírez, de Cinépolis.
Los CRIT tienen cobertura en Coahuila, Chiapas, Durango, Tlalnepantla, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Sonora, Veracruz, Baja California Sur, Ciudad de México, Guanajuato, Guerrero, Nezahualcóyotl, Oaxaca y Puebla.
Desde el inicio, Teletón se instaló en las zonas de mayor vulnerabilidad para ofrecer servicio a muy bajo costo y, a veces, de manera gratuita a las personas que más lo necesitan. Por lo que su ubicación coincide con la idea del actual Gobierno federal de darle prioridad a quienes siempre fueron olvidados.
Son momentos de unidad, de una fuerza sólida con un enemigo común que no es el del partido contrario, ni el de administraciones anteriores sino una enfermedad que puede arrebatarle la vida a muchos mexicanos, por eso hay que estar asentados en el presente, sin rencores de ayer ni proyectos de venganza a futuro.
PEGA Y CORRE. – En momentos que exigen solidaridad, surgen algunos que carecen de memoria y de agradecimiento como es el caso del Grupo Crea, filial de Ocesa, que ahora renta el Autódromo Hermanos Rodríguez al Instituto Mexicano del Seguro Social por 302 millones de pesos, para construir en sus espacios un hospital en los pits. Se olvidaron de todo el esfuerzo de los gobiernos capitalino y federal por mantener el espectáculo de Fórmula Uno, y de los gastos que esto implicó para el erario, es decir para los mexicanos. Ahora simplemente todo se reduce a una negociación fría y poco solidaria… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.