Foto: Archivo “La quiebra de una empresa en una coyuntura como la que se vive actualmente no solo es responsabilidad de los socios y dueños”, enfatizó  

La renuencia de las autoridades a considerar las propuestas de la sociedad y las medidas tomadas recientemente que cambian las reglas del juego para la inversión, así como la percepción de la falta de un plan claro para lidiar con la crisis sanitaria y la reapertura de la economía, han propiciado un desplome histórico en la confianza empresarial, consideró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

En su análisis semanal, el organismo indicó que dichas acciones han generado una visión considerablemente negativa en cuanto a la disposición para invertir en México. Recordó que el indicador de confianza empresarial del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en abril reportó niveles históricamente bajos, en donde los rubros relativos a los sectores de construcción, manufacturas y comercio se ubicaron por debajo de los 40 puntos, lejos del umbral de los 50 puntos que separa los niveles de optimismo y pesimismo.

Agregó que más allá de los efectos económicos naturales de la actual crisis sanitaria, es probable que la falta de medidas para proveer a las empresas la liquidez suficiente para mantenerse a flote y no caer en insolvencia, haya empeorado las perspectivas de inversión en la nación.

En paralelo, reiteró que, aparentemente, las autoridades consideran que cualquier apoyo a las empresas que no sean micro sería un rescate injustificado a “los ricos”, al mismo tiempo que se han agudizado los mecanismos de inspección fiscal y laboral para otros empresarios.

Indicó que las pequeñas y medianas empresas, e incluso las grandes, necesitan de apoyos fiscales y laborales, mediante diferimientos de enteros de impuestos y de aportaciones a la seguridad social, a fin de mantener la planta laboral y así dotar a las compañías de liquidez para evitar caer en insolvencia o llevar a cabo cierres masivos de establecimientos y la consecuente pérdida de empleos.

“La quiebra de una empresa en una coyuntura como la que se vive actualmente no solo es responsabilidad de los socios y dueños”, enfatizó.

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