José Ureña

 

Puras malas noticias para estados y gobernadores.

Enfrentan, cada uno a su manera y condiciones, una crisis sanitaria sin precedentes.

Se adentran, además, a otra de peores consecuencias económicas y sociales para la población.

Tienen todas sus actividades paradas, aunque hoy comience a verse un poco de luz con la industria automotriz y otras que generan algo así como medio millón de empleos.

Y ahora tratan de digerir el anuncio del secretario de Hacienda, Arturo Herrera, sobre la reducción de 155 mil millones de pesos de participaciones federales.

Una consulta con varios de ellos estiman cómo, de golpe y porrazo, deberán prescindir de 35% de los recursos programados para el presente año.

Les han dosificado el golpe.

En febrero se les advirtió de un sacrificio de 76 mil millones de pesos.

A esa cantidad ahora se agregan 79 mil millones más si se cumple el amago de Herrera de cerrar en 155 mil y no hay nuevas medidas de austeridad cuando apriete la situación.

¿DÓNDE ESTÁ EBRARD?

Los gobernadores no asimilan otra carga:

A la suspensión general de actividades, a la baja de captación propia y de participaciones federales, les vienen varios cargos

Cuando han pedido apoyo para reforzar su aparato sanitario, les han contestado con negativas porque ya se les adelantaron los fondos etiquetados.

Y como la inseguridad es consustancial a la pandemia iniciada con el coronavirus, muchos de ellos han pedido el envío de fuerzas federales.

No siempre son escuchados, pero cuando se atiende su petición se les advierte: deben cargar con los gastos de, por ejemplo, la Guardia Nacional.

Dicho de otra manera: les disminuyen los recursos pero les aumentan las obligaciones.

Desesperados, han intentado comunicarse con el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, en quien han visto un aliado.

Pero el canciller no ha aparecido los días recientes ni siquiera para cacarear la recepción de ventiladores y otros equipos médicos.

En su lugar han reforzado puentes con Arturo Herrera y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

OTRA LLAVE DE PALACIO

1.- Los empresarios abren Palacio Nacional por un acceso lateral.

Tras el portazo recibido por el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar, han encontrado otras vías

Aquí lo adelantamos cuando se gestaba la mediación del líder senatorial Ricardo Monreal, quien ahora ha sumado la voluntad de todos los coordinadores.

Ante los legisladores han repetido lo no escuchado en la cúspide del poder: no piden rescate a la vieja usanza, sino apoyos para mantener las plantas productiva y laboral.

A los buenos oficios se ha sumado el presidente de la Comisión de Hacienda, Alejandro Armenta, quien acude al ala norte de Palacio Nacional.

-En el Senado somos un interlocutor de buena fe -dicen mientras con su gestión comienzan a reanudarse actividades en varias industrias.

Y 2.- Nadie escapa del contagio de coronavirus, se nos ha dicho.

Y lo comprueba el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), donde se han dado muchos infectados.

No se trata nada más de personal médico o paramédico, sino de personal dependiente de su director Juan Ferrer.

LEG

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