Ya hasta parece concurso.

En Morena, desde sus legisladores hasta los funcionarios de partido han realizado propuestas e iniciativas de ley que lo único que le han generado al partido es repudio colectivo.

Ejemplos hay muchos pero aquí le va una colección de los más recientes.

El presidente de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, presenta como acuerdo del partido un manifiesto en el que propone facultar al INEGI para que, cada dos años, puedan entrar a las casas de todos los mexicanos para verificar qué tienen, cuánto tienen y en qué lo tienen invertido.

Bueno, como estará de absurda la propuesta que el propio Ricardo Monreal le pidió mesura al legislador con licencia.

No es el único tema que ha parado Monreal.

En diciembre del año pasado, la senadora María Soledad Luévano Cantú propuso modificar la Ley de Asociaciones Religiosas para que las iglesias pudieran “colaborar con el Gobierno’’.

Es decir, lo que la pía senadora quería era terminar con el principio histórico de la separación Estado-Iglesia, a cambio de que las iglesias pudieran tener concesiones de radio y televisión.

Monreal no acompañó el disparate.

Como tampoco apoyó -ya dijo que en el Senado no pasará-, la ley que permite la reelección de legisladores “sin renunciar a su curul’’, lo cual es un despropósito monumental.

También a Mario Delgado le ha tocado detener el frenesí de sus legisladores por quedar bien con ya saben quién, sin importarles el efecto de sus ocurrencias en la sociedad.

Delgado puso el freno de mano al diputado Miguel Ángel Jáuregui, quien presentó una iniciativa para reformar la ley orgánica de la UNAM a fin de sus directivos, incluido el rector, fueran electos “democráticamente y de forma secreta’’ en vez de ser nombrado por la Junta de Gobierno.

La reacción de la UNAM fue tal, que muy a su pesar y criticando a Delgado por no “acompañarlo’’, Jáuregui retiró su iniciativa.

Otra ocurrencia a la que Delgado puso cara de “fuchi caca’’, fue la que presentó la diputada Lorenia Valles, para modificar el artículo 29 Constitucional para que el Presidente pudiera restringir o suspender en fast-track derechos y garantías constitucionales en caso de invasión o perturbación grave de la paz pública.

Una más:

El diputado Edelmiro Santiago Santos Díaz propuso una modificación a la Ley del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), a fin de que las afores sean administradas por el Banco del Bienestar, propuesta que generó también una ola de críticas e inconformidades dentro de la propia bancada.

Su líder dijo que se trataba de una propuesta “a título personal’’ y, aunque el asunto ya no prosperó por ese camino, el presidente López Obrador advirtió que su Gobierno “tiene que hacer algo con las pensiones’’.

En diciembre del año pasado otro escándalo ocurrió provocado por una propuesta del diputado Javier Lamarque, quien presentó una iniciativa para incrementar el monto de los derechos por consumo de agua para uso agropecuario.

Tal fue la reacción en contra de los dirigentes campesinos, incluidos los de Morena, que la iniciativa fue retirada.

Las iniciativas anteriores reflejan o falta de oficio político o una ceguera que no permite ver más allá de los intereses de partido por sobre los intereses de la población.

Como sea, ha habido quienes con mando, han podido frenar la calentura por llevar el país a un estado idealizado en algunos libros y ensayos.

LEG