@guerrerochipres
La reactivación paulatina de la economía mediante el reimpulso de la construcción, la minería y el sector automotriz es un dato central. Deberán acompañarlo medidas análogas en materia de seguridad y de salud, tanto las que se quedarán como buenas prácticas como las que tendrán que ser modificaciones inevitables ante nuevas expectativas ciudadanas propias de una Nueva normalidad con ajustes y afinaciones relevantes de la agenda democrática.
Actrices y actores políticos ya iniciaron la construcción de ese proceso de atribución de sentido que es el debate y análisis de lo que se hizo o no se hizo “correctamente”.
La convergencia de crisis donde la seguridad, la salud y la creación de bienestar estén presentes simultáneamente, podría ser un desafío a la gobernabilidad en un año preelectoral que inicia mientras esperamos que se aplane la curva.
Solamente en materia económica, la situación mundial de desaceleración y caída será más dramática de lo que ha visto cualquiera de las personas nacidas en los últimos 90 años.
El pronóstico, según un estudio realizado por un grupo de expertos que reunió Citibanamex, es que en 2020 el Producto Interno Bruto descenderá hasta un 7.5% en México, la mitad de la peor crisis históricamente registrada, en 1932, cuando la disminución fue de poco más de 14%.
Existen enormes diferencias que contribuirían a ser optimista: capacidad estructural productiva, ausencia de alta inflación, cierto equilibrio financiero y alta coordinación entre los grupos gobernantes del mismo partido.
Las medidas higiénicas y la distancia social pueden convertirse en elementos que nos acompañen de ahora en adelante, la mayoría de los factores de aplanamiento de la curva dependen de la gente. Adaptación y certidumbre son indispensables. También lo es responder a la pregunta de qué gobernantes en qué circunstancias hicieron lo mejor posible y quiénes, desde el sector privado y la sociedad, los acompañaron constructivamente.
Dos versiones destacan en estilos opuestos: en Jalisco el gobernador Enrique Alfaro, quien trata de pergeñar su candidatura a la Presidencia de la República con vaivenes respecto del presidente Andrés Manuel López Obrador y el juego con la retórica de la independencia estatal; en la Ciudad de México la cuidada y asertiva sensibilidad de la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, quien se anticipó en varios momentos a las medidas relacionadas con la cautela, la generación de programas para amplios segmentos desfavorecidos y el equilibrio de juicio en el contexto de la emergencia.
En otras entidades se apuesta por una rectificación meramente retórica de lo que se indica o recomienda desde la Federación. En la capital nacional se apuesta por una propuesta donde hay una reivindicación programática de justicia, equidad, austeridad y mejores salarios en vez de mejores rescates a los empresarios.
En CDMX no es el PIB, es el tema de la justicia.