… Y siempre sí se quedan
El sector turismo y una gran parte de los mexicanos recibieron ayer una buena noticia: Que siempre sí se quedan los fines de semana largos. Y es que con el golpe que dio la pandemia a ese sector económico, el más afectado en todo el mundo, necesitaban una ayudadita, más por ahora no podrán abrir el 1 de junio todos los hoteles, restaurantes y demás empresas involucradas. Y ya hay quien está cruzando los dedos para que también se queden como inhábiles los días festivos. ¿Será?
Dicen que es de sabios corregir
Este no es un buen momento para entrar en pánico, pero sí el idóneo para replantear estrategias que permitan contener el crecimiento explosivo de la contingencia sanitaria provocada por el Covid-19. Las cifras de contagios y muertes demuestran, con hechos, que las cosas podrían salirse de control si no se toman acciones contundentes y de mayor eficacia para detener a este monstruo viral. Ante la emergencia, que ya trastoca a todos los sectores sociales, incluyendo el deportivo, gobiernos locales, además del Federal, comienzan a implementar las medidas que creen son las más convenientes para encarar la pandemia. El tiempo se agota, y al parecer por ahora no queda más que esperar. ¿Será?
Una figura que da confianza
Uno de los funcionarios más serios y de mayor credibilidad en el Gobierno Federal es, sin duda, Zoé Robledo, director del IMSS, de ahí que entre los involucrados en el sano retorno a la Nueva normalidad se fortaleció la confianza en los procesos y protocolos cuando se conoció que él encabeza la comisión interinstitucional en donde se encuentran las secretarías de Salud, Economía, del Trabajo y el Instituto Mexicano del Seguro Social. Dicha comisión verificará que en el retorno de los trabajadores se cumpla en las empresas con los protocolos de seguridad y salubridad, los cuales evitarán que se den nuevos contagios y brotes en los centros de trabajo. Sin duda en momentos como este se requiere de contar con los mejores funcionarios.
Temor entre sepultureros capitalinos
Cuentan que los sepultureros de los panteones capitalinos tienen, además de miedo, una serie de inconformidades porque no cuentan con los insumos necesarios para protegerse en medio de la pandemia de Covid-19. Resulta que el material con el que laboran, como cubrebocas y guantes de látex, se rompe constantemente por la naturaleza de las funciones que desempeñan; así que, dicen, mientras las autoridades no los provean del equipo correcto, habrá quien pida a los deudos que los apoyen para adquirirlos y poder enterrar a los difuntos por coronavirus sin arriesgar su salud. ¿Será?