El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, designó este viernes a templos e iglesias como proveedores de servicios “esenciales”, motivo por el cual exhortó a los gobernadores de los estados a permitir su reapertura este fin de semana.
Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, el mandatario estadounidense insistió en que las casas de culto, las iglesias, las sinagogas y las mezquitas eran esenciales por brindar unidad a la comunidad. Además, amenazó con “pasar por encima” de los gobernadores si se niegan a su solicitud.
Trump comentó que las autoridades de los Centros para Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) se encontraban trabajando con las “comunidades de fe” para orientarlas en las medidas sanitarias para prevenir el coronavirus.
El presidente aprovechó para criticar a aquellos gobernadores que han considerado esenciales las licorerías y clínicas de aborto.
“Estoy corrigiendo esta injusticia, se han dejado de lado los centros religiosos”, añadió Trump.
Según el medio Politico, si la Casa Blanca violenta las decisiones de los gobiernos locales podría generar un enfrentamiento constitucional puesto que se estarían violando libertades fundamentales consagradas en la Primera Enmienda.
Poco tiempo después de la conferencia en la Casa Blanca, distintos gobernadores reaccionaron y expresaron su rechazo a las declaraciones. Por un lado, la gobernadora de Rhode Island, Gina Raimondo, dijo a través de su cuenta oficial de Twitter que no modificaría su plan de reapertura.
Los CDC también informaron sobre la importancia de una reapertura paulatina de los centros de culto. En días previos, dos iglesias de Georgia y Texas cerraron nuevamente sus puertas cuando algunos de sus miembros dieron positivo al virus.
También se tiene la historia de Arkansas, donde un pastor contagió a principios de marzo a más de 30 personas, tres de las cuales fallecieron. Se cuenta con registros de diversos casos donde las iglesias fueron focos de contagio para las comunidades.
Por su parte, la arquidiócesis de Nueva York presentó el jueves pasado un plan de cinco fases para la reapertura de las iglesias del estado, incluyendo los centros de culto de la “gran manzana”.
Su propuesta incluye el aforo limitado a 10 personas para bautismos y matrimonios, uso obligatorio de cubrebocas y pruebas semanales de Covid-19 para los sacerdotes.
TFA