En 2019, López Obrador y su mayoría parlamentaria eliminaron las evaluaciones a profesores de escuelas públicas, haciendo que su permanencia volviese a depender de su relación con el sindicato, y no de sus conocimientos y desempeño en el aula.
La Reforma Educativa de 2013, la del Pacto por México, instauró las evaluaciones para precisamente quitarle poder al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), entonces encabezado por la maestra Elba Esther Gordillo.
La lógica era simple: si el maestro le debe su ascenso/permanencia a un examen periódico de conocimientos, y no a su líder seccional, se libera al maestro de presiones políticas innecesarias y, al mismo tiempo, se mejora la calidad educativa.
Como era de esperarse, Gordillo se opuso a la reforma desde enero de 2013 (https://www.animalpolitico.com/2013/01/snte-se-opone-a-reforma-educativa-por-una-palabra-perversa-gordillo/). De hecho, políticamente hablando, la intención peñista detrás de la detención de Gordillo ese año fue descabezar la oposición a los exámenes.
Sin embargo, ya como candidato en 2018, López Obrador asumió que los enemigos de Peña Nieto eran sus amigos. Por lo mismo, desde la campaña prometió echar atrás la reforma del Pacto, en un claro coqueteo con la exdirigente del SNTE.
Pero los guiños no sólo se quedaron en eso. Como reportó en su momento Proceso, las huestes gordillistas apoyaron la campaña de López Obrador de diversas formas (https://www.proceso.com.mx/546686/la-red-gordillista-que-ayudo-a-amlo), e incluso crearon una red nacional de cuidado de casillas para el candidato morenista.
Como ya vimos, en 2019 López Obrador le pagó ese apoyo a Gordillo, eliminando las evaluaciones. Pero es probable que esta alianza se reactive para las elecciones de 2021. ¿Por qué? Porqué el presidente necesitará de todo el músculo posible para intentar convencer a la gente de votar por MORENA en plena crisis económica.
@AlonsoTamez