Sus creaciones fueron copiadas, incluso, por grandes de la moda como Carolina Herrera -por mencionar alguno-, pero ayer, a los 87 años, las manos de doña Josefina Tavera, a quien se le atribuye el primer bordado llamado Tenango, dejaron de crear.
Mediante sus redes sociales, su familia confirmó su muerte y recordó cómo Tavera se aventuró en este trabajo por problemas económicos en la década de los 60: compró un pedazo de manta a la que le plasmó animales y flores de muchos colores y se lo vendió a un señor del pueblo, quien lo llevó a la ahora Ciudad de México, para hacerle promoción.
Habría sido al el éxito, que le pidió más piezas de las coloridas creaciones, lo que generó que doña Josefina enseñará a otras mujeres esta técnica que inicia bajo el nombre otomí ,Ya Redi Nzesni (Los bordados de San Nicolás), y que en los años 80 cambio a los famosos Tenangos, en referencia al municipio de Tenango de Doria, de donde son originarios.
Los bordados, reconocidos a nivel internacional, han sido plagiados por diversos diseñadores, pero los casos más recientes fueron el 2019: primero fue el de la venezolana con su colección Resort 2020, que hacía referencia al trabajo de Josefina Tavera. El argumento de Carolina Herrera fue un supuesto “homenaje” a las creaciones mexicanas.
El otro, el de la casa francesa, Louis Vuitton, quien se apropió de los Tenangos para adornar el forro de un costoso sillón, valuado en unos 306 mil pesos.
Otras marcas acusadas de plagio fueron: Pineda Covalín, que usó los diseños para una colección de bolsos, la influencer Yuya, quien los usó en los empaques de su maquillaje, la casa Hermès en paliacates y hasta la trasnacional Nestlé en una taza.
Su herencia cultural y artística reconocida en todo México y el mundo, quedará como un legado para la humanidad.
LEG