Michael Levitt, ganador del Premio Nobel de Química 2013, aseguró que las medidas de aislamiento domiciliario costaron más vidas que las que salvaron, señalando que otras acciones pudieron ser más efectivas para combatir la pandemia.
El también profesor de biofísica de la Universidad de Stanford subrayó que “aunque el encierro pudo frenar la epidemia, ha sido un arma muy drástica y medieval”, que pudo sustituirse por “medidas más sensatas”, como el uso de mascarillas faciales y “formas de distanciamiento social”.
En una entrevista para el diario británico The Telegraph, Levitt destacó que las únicas vidas que se han salvado como resultado de las cuarentenas en el mundo están relacionadas con “accidentes viales y peligros relacionados”.
Por el contrario, aseguró que estas medidas han elevado la cifra de víctimas de abuso doméstico y alcoholismo, además de que ha agravado la situación médica de personas que viven con otros padecimientos y que no pudieron recibir la atención médica adecuada.
Asimismo, aseguró que “el verdadero virus fue el pánico”, señalando que “por razones que no quedan claras los líderes del mundo entraron en pánico y la gente también”, destacando que hizo falta una discusión.
“Deberíamos haber visto desde China que un virus nunca crece exponencialmente. Desde el primer caso que ves, el crecimiento exponencial en realidad se ralentiza de manera muy dramática”, aseguró Levitt, quien durante el inicio de los primeros brotes del virus en el mundo estimó que China alcanzaría su punto máximo con 80 mil contagios y tres mil 250 muertes.
Detalló que analiza los casos de 78 países, con un enfoque opuesto al de los “totales generales”, pues aunque “los números siguen llamando la atención, hay signos claros de un crecimiento lento”.
EAM