Luego de que 30.6 millones de estudiantes, desde preescolar hasta preparatoria, dejaron de asistir a las escuelas por la contingencia de Covid-19, uno de los riesgos será una mayor deserción, que ya de por sí afecta a 5.3% de alumnos de secundaria y hasta 15.2% en bachillerato, de acuerdo a datos de la SEP.
Tras el anuncio del plan de retorno a las actividades escolares, Marco Fernández, investigador del Tecnológico de Monterrey, consideró que la Secretaría de Educación Pública (SEP) debe transparentar las estadísticas de alumnos con los que no se logró tener contacto alguno durante el confinamiento y que están en riesgo de deserción escolar.
Además, de que el proyecto de retorno a clases –planteado para el 10 de agosto– debe establecer protocolos para el personal docente en riesgo, plan de acción para el aislamiento cuando exista un contagio en las escuelas y evitar la estigmatización de los alumnos que se infecten o hayan padecido Covid.
Sobre los alumnos con los que ya no se tuvo contacto ni tomaron las clases a distancia, el también investigador de México Evalúa consideró que se debe poner énfasis en los de último grado de primaria y secundaria, para garantizar que no abandonen sus estudios.
Al respecto, el subsecretario de Educación Media Superior de la SEP, Juan Pablo Arroyo, informó la semana pasada que 45% de los alumnos que cursan la educación media superior perdieron contacto con el programa educativo durante el confinamiento.
En un foro organizado por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), Arroyo destacó que en Argentina y México existe un gran abandono escolar, el cual tiene su origen en cuestiones económicas, por lo que ambas naciones deben habilitar sus propias capacidades productivas para generar igualdad económica.
El impacto de la desigualdad
Ante el plan para el regreso a las escuelas previsto para agosto, la organización civil México Evalúa ha advertido –a través de su Manual para el Buen Retorno a las Aulas– la problemática que representaría en los planteles respetar las medidas de sana distancia en los salones de colegios públicos.
“Asegurar la distancia mínima de 1.5 metros entre alumnos implicaría activar clases con aulas sólo para 10 o 15 alumnos”, advierte el análisis de la organización.
Reducir el número de alumnos podría generar una disminución los “contenidos de clases; intercalar días de asistencia; flexibilizar horarios de entrada y de salida; mantener estrategias a distancia para evitar la aglomeración de pasillos y patios escolares, acondicionar espacios para retener a los alumnos que llegarán a presentar síntomas”.
Frente al retorno a las clases, las debilidades son que “lamentablemente, el contraste entre las condiciones estructurales del sistema educativo, los recortes presupuestales instruidos y los requerimientos para tener los mejores elementos posibles para un regreso a clases presenciales con mayor certidumbre y las máximas medidas de higiene posibles, sugieren aún un camino largo por recorrer en nuestro país”, advierte la ONG.
Otra de las peticiones fue clarificar el proceso de ingreso a las secundarias, debido a que se eliminarán los exámenes de asignación y algunos planteles, por ubicación u otros motivos, tienen alta demanda y no se ha especificado cómo se asignarán los lugares disponibles.
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Entre 20% y 30% de los maestros tienen un factor de riesgo ante el Covid-19, ya sea por su edad o por enfermedades crónicas: Marcos Fernández
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