Las razones y circunstancias de decisiones operativas de seguridad pública suelen ser cambiantes, porque al final de cuentas sólo vale la determinación de acotar el activismo criminal. Los dos principales cárteles del narco ya tienen una diana colocada por los cuerpos de seguridad para irlos acotando y asfixiándolos.
Al Cártel Jalisco Nueva Generación, el más violento, el que domina varias carteras de delitos y el que está generando la violencia criminal para expandir sus zonas territoriales de control, le acaban de bloquear casi dos mil cuentas bancarias. Y en una declaración oficial, el secretario federal de Seguridad, Alfonso Durazo Montaño, advirtió que la orden de extradición alcanza para atrapar a Ovidio Guzmán López, alias El Ratón o El Nuevo Ratón, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán Loera.
Si se revisan los contextos, no se trata de una ofensiva policiaca a balazos, sino de estrategias de inteligencia. Al CJNG le pegan en el bolsillo de su poder, el dinero, sobre todo porque carecen de experiencia y de expertos financieros que los ayuden a lavar sus riquezas. Y a ello se agrega el hecho de que su líder Nemesio El Mencho Oseguera Cervantes anda sin lugar fijo que le permita operar con tranquilidad, ahora perseguido por autoridades mexicanas y por grupos de inteligencia estadounidenses. En esas circunstancias las autoridades esperan que cometa algún error, como El Chapo Guzmán, para aprehenderlo.
El Chapito está cometiendo los errores propios del poder desmedido: la arrogancia. Ya lo tienen en la mira y sus movimientos están vigilados. Y algunos analistas de seguridad consideran que existe una posibilidad de que El Chapo haya ya negociado a su hijo a cambio de algunas prebendas en su cadena perpetua, porque ello explicaría el interés de EU por recibirlo extraditado. A ello hay que agregar la disputa interna en el cártel por la mano férrea de Ismael El Mayo Zambada como jefe interino del Cártel de Sinaloa y su forma de operar fuera de reflectores.
Dos capos grandes andan de pelada.
Zona Zero
- La salida del confinamiento prendió focos rojos en los delitos al menudeo en zonas urbanas. Ya comenzaron secuestros y asaltos. Y no tardarán los asaltos en transportes públicos. Los operativos le corresponden a las autoridades locales y municipales, donde hay una pasividad que irrita a los ciudadanos.
(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
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