La presión en favor de grandes reformas a la policía se intensificaba el lunes en Estados Unidos tras dos semanas de protestas por la muerte de George Floyd, mientras el agente blanco acusado de matarlo se preparaba para su primera comparecencia ante los tribunales.
La ira de los manifestantes por la muerte el 25 de mayo de Floyd, un hombre negro de 46 años, está abriendo paso a una creciente determinación para convertir su caso en un punto de inflexión en las relaciones raciales y un hito en el cambio del sistema de justicia criminal.
Floyd falleció después de que el agente Derek Chauvin presionó una rodilla sobre su cuello durante casi nueve minutos en Mineápolis. Un transeúnte capturó con su celular la escena, mientras Floyd decía al agente que no podía respirar.
Chauvin, que comparecerá en un juzgado de Mineápolis el lunes, está acusado de asesinato en segundo y tercer grado, así como homicidio imprudente en segundo grado.
Otros tres agentes implicados en el incidente fueron acusados de ayudar y ser cómplices de asesinato en segundo grado y de homicidio imprudente en segundo grado. Los cuatro oficiales fueron expulsados del cuerpo.
En Houston se espera que miles de personas acudan el lunes a un evento en recuerdo de Floyd. El probable candidato presidencial demócrata, Joe Biden, tiene previsto reunirse más tarde en el día con la familia de Floyd, según sus asesores.
Floyd, que creció en Houston, será enterrado el martes. Se espera que la elegía sea pronunciada por el reverendo Al Sharpton, un histórico líder negro de los derechos civiles.
Aunque hubo violencia en algunos momentos, las protestas han sido por lo general pacíficas en los últimos días y han profundizado la crisis política del presidente Donald Trump, que amenazó en repetidas ocasiones con ordenar el despliegue de soldados en las calles.
Durante el fin de semana se reunieron grandes multitudes en todo el país y en Europa. La animada atmósfera se vio agriada en la noche del domingo, cuando un hombre lanzó un auto contra una protesta en Seattle y después disparó e hirió a un manifestante que le encaró.
Los demócratas presentaron el lunes en el Congreso una legislación que convertiría el linchamiento en un delito de odio y permitiría que víctimas de conductas irregulares y sus familias puedan demandar a la policía por daños en tribunales civiles, poniendo fin a una doctrina legal conocida como inmunidad cualificada.
Se espera que la legislación prohíba también los estrangulamientos policiales y el sesgo racial, el uso a nivel nacional de cámaras corporales, así como el sometimiento de la policía a juntas civiles de revisión, según fuentes congresionales.
En Mineápolis, la mayoría de los miembros del consejo municipal se comprometió a abolir el departamento de policía en favor de un modelo de seguridad comunitario, una decisión que habría sido impensable antes de la muerte de Floyd.
MGL