Este autorretrato es uno de los 80 que el artista pintó durante su carrera. Data de finales de 1632, cuando un joven Rembrandt de 26 años se estaba estableciendo en Ámsterdam y disfrutando de su primer éxito comercial.
“El rostro de Rembrandt es instantáneamente reconocible para nosotros en cada etapa de su vida adulta, mucho más que cualquier otro pintor”, afirma George Gordon, responsable de Sotheby’s.
“Sabemos que este cuadro fue pintado en un período de tiempo notablemente corto, porque el artista pintó el fondo primero, pero cuando lo firmó al terminar el fondo todavía estaba húmedo ya que la firma quedó grabada por el pincel”, explicó.