George Floyd será enterrado este martes en Houston, la ciudad donde creció, al día siguiente de que miles de personas participaran del velatorio de este afroestadounidense, cuya muerte el 25 de mayo ha provocado dos semanas de protestas en todo el mundo contra el racismo y la brutalidad policial.
El lunes cerca de 6 mil personas asistieron a la iglesia Fountain of Praise en esta ciudad de Texas para despedirlo ante su ataúd dorado, en una jornada en la que el policía blanco que enfrenta cargos por asesinato en segundo y tercer grado por asfixiarlo en Minneapolis compareció ante un juzgado que fijó una fianza de un millón de dólares.
Los dolientes se acercaron a los restos persignándose y otros se inclinaron colocando una rodilla en el suelo –un signo de protesta contra la brutalidad policial– para homenajear a Floyd, de 46 años, cuya muerte dio paso a las movilizaciones más importantes en Estados Unidos desde el asesinato de Martin Luther King Jr. en 1968.
«Ya basta. Cualquier persona que tenga hijos y que tenga corazón pueden sentir este dolor. Tienen que haber cambios. Todo el mundo tiene que ser tratado igual», dijo a la AFP Shiara DeLoach una residente de Houston que no podrá asistir a la ceremonia de despedida.
La ceremonia –que comenzará a las 11H00 hora local (16H00 GMT) y será transmitida por internet– incluirá «demandas de justicia y de reformas sociales», dijo a la cadena CNN Mia K. Wright, una de las líderes de la congregación de iglesia que acoge la ceremonia.
Se espera que asistan 500 personas –un número limitado por la crisis del coronavirus– incluyendo el alcalde de Houston, Sylvester Turner, y el actor Jamie Foxx.
Según medios locales, el campeón de boxeo Floyd Mayweather pagará todos los gastos de la ceremonia.
Después, los restos serán trasladados en una carroza hasta el cementerio donde Floyd será enterrado junto a su madre, concluyendo una serie de despedidas que llevaron sus restos desde Minneapolis a Carolina del Norte, su localidad natal.
Una reforma de la policía
El lunes en Washington, una veintena de legisladores demócratas encabezados por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, se arrodillaron en silencio para homenajear a Floyd.
Además anunciaron una serie de medidas para reformar la policía y hacer frente a una letanía de casos de hombres negros que estando desarmados mueren en manos de la policía al ser detenidos.
Este anuncio se produjo después de que el fin de semana las autoridades de Minneapolis anunciaron que van a desmantelar y a refundar la policía.
El proyecto de ley introducido por los demócratas en ambas cámaras busca que sea más fácil procesar a policías acusados de abusos –prohibiendo algunas prácticas como colocar la rodilla en el cuello de un detenido–, replanteando también el proceso de reclutamiento y entrenamiento de los agentes.
Sin embargo, no está claro el apoyo de un proyecto de este tipo en el Senado –dominado por los republicanos– y tampoco cómo lo recibiría el presidente Donald Trump que debe sancionar la ley.
Trump condenó la muerte de Floyd pero criticó duramente a los manifestantes y reiteró su apoyo a la policía.
El agente acusado, el policía blanco Derek Chauvin que fue filmado presionando su rodilla contra el cuello de Floyd durante más de ocho minutos, compareció ante un jugado el lunes.
La fiscalía estableció una fianza de un millón de dólares, que probablemente el acusado no podrá recaudar, considerando que Chauvin presentaba un riesgo de fuga. La próxima audiencia será el 29 de junio.
Chauvin enfrenta cargos de asesinato en segundo grado y tercer grado y homicidio involuntario, con una pena de hasta 40 años.
Los otros tres policías involucrados, todos despedidos y detenidos al igual que Chauvin, ya comparecieron ante el tribunal la semana pasada por cargos de complicidad en la muerte de Floyd, detenido por supuestamente comprar cigarrillos con un billete de 20 dólares falso.
ixa