Los manifestantes contra el racismo en el Reino Unido, indignados por la muerte de George Floyd en Estados Unidos, están decididos a eliminar los símbolos del pasado colonial británico tras el espectacular derribo de la estatua de un traficante de esclavos en Bristol.

 

El martes por la tarde, coincidiendo con el entierro de Floyd al otro lado del Atlántico, miles de activistas británicos protestaron en Oxford ante la estatua de Cecil Rhodes, un magnate minero y político colonial, activo en Sudáfrica durante el siglo XIX.

 

Los manifestantes gritaron “¡Abajo con él!” y “¡Descolonización!” y colgaron pancartas del movimiento Black Lives Matter ante la estatua.

 

En 2016, ya se organizaron protestas contra la efigie de Rhodes que adorna un edificio del Oriel College en ese renombrada ciudad universitaria.

 

Los activistas no lograron su propósito pero ahora se ven alentados, después de que el domingo un grupo de manifestantes derrumbara la estatua de Edward Colston, un comerciante de esclavos de finales del siglo XVII, en Bristol.

 

La estatua de quien financió numerosas instituciones en esa ciudad del suroeste de Inglaterra con pasado colonial, fue arrancada de su pedestal y tirada al río, desatando un debate a nivel nacional.

 

Debate honesto sobre el colonialismo

En un mensaje en vídeo, el primer ministro, Boris Johnson, afirmó entender a los manifestantes, ya que la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco había “despertado la ira y un innegable sentido de injusticia”.

 

Sin embargo, condenó a quienes “violan la ley, atacan a la policía y vandalizan los monumentos públicos”.

 

El debate sobre el pasado colonial del Reino Unido no es nuevo y el país ha sido presionado durante mucho tiempo para que devuelva obras como los frisos del Partenón de Atenas, que se exhiben en el Museo Británico de Londres.

 

“Ha llegado la hora de un debate honesto nacional sobre el legado del colonialismo”, tuiteó la diputada del opositor Partido Laborista Layla Moran, que pidió desmantelar la estatua de Cecil Rhodes, un “supremacista blanco que no representa los valores de Oxford en 2020”.

 

Esta lucha está siendo emulada en otros lugares del Reino Unido, como en Gales, donde se han lanzado campañas contra los monumentos que honran a un general del ejército británico que luchó en las guerras napoleónicas, Thomas Picton, infame por su trato a los esclavos en el Caribe.

 

En Edimburgo, Escocia, la estatua del político Henry Dundas, que trabajó para retrasar la abolición de la esclavitud, también resulta problemática.

 

Los políticos locales apoyan a los activistas antirracismo, como el líder del consejo de Cardiff, que calificó la estatua de Picton de una “afrenta a los negros de la ciudad”, mientras que Adam McVey del consejo municipal de Edimburgo dijo que no echaría de menos la estatua de Dundas si se retiraba.

 

Banksy propone una solución 

En Londres, cerca del Parlamento, la estatua del ex primer ministro conservador y héroe de la Segunda Guerra Mundial Winston Churchill, cuyas diversas declaraciones sobre cuestiones raciales causaron controversia, también fue atacada el pasado fin de semana.

 

Un manifestante escribió bajo su nombre: “Era un racista”.

 

A pocos metros de allí, los manifestantes estaban convocados a una manifestación el martes por la tarde, al pie de la estatua del héroe sudafricano antiapartheid Nelson Mandela, en homenaje a Floyd.

 

El alcalde laborista de Londres, Sadiq Khan, consideró que las protestas han puesto en evidencia, “con razón”, la falta de diversidad en el espacio público.

 

“Nuestras estatuas, los nombres de nuestras calles y espacios públicos reflejan una época pasada” y eso “ya no puede continuar”, afirmó en un comunicado, anunciando la creación de una comisión para remediar la situación.

 

En cuanto a la estatua de Colston, el célebre artista callejero Banksy, originario de Bristol, propuso una solución para que defensores y detractores se pongan de acuerdo.

 

“La sacamos del agua, la ponemos de nuevo en el pedestal, le atamos un cable alrededor del cuello y agregamos estatuas de bronce de tamaño real de los manifestantes que la derriban”, para reproducir la escena del domingo, propuso en Instagram.

 

 

PAL