La primera aerolínea europea, la alemana Lufthansa, anunció este jueves que prevé suprimir 22 mil puestos de trabajo en el mundo, es decir un 16% de su plantilla, debido a la crisis provocada por la pandemia del nuevo coronavirus.
Lastrada por el derrumbe del tráfico aéreo mundial que causa la pandemia, Lufthansa apenas sale del letargo. La actividad de la empresa y los vuelos comienzan a reanudarse pero la oferta de billetes sólo representará al menos hasta septiembre un 40% de la cifra prevista antes de la pandemia.
“Vamos a tener 22 mil puestos a tiempo completo menos dentro de Lufthansa, la mitad de ellos en Alemania”, dijeron responsables de la empresa a la AFP.
La compañía aérea alemana subraya sin embargo que se desea evitar “en la medida de lo posible” los despidos directos, gracias a medidas de “desempleo temporal” y a acuerdos negociados con los sindicatos.
El grupo, dueño también de las compañías europeas SWISS, Austrian, Brussel Airlines y Eurowings, tiene un total de 135.000 empleados en todo el mundo.
Igual que para el conjunto del sector aéreo, la pandemia del coronavirus ha tenido un grave impacto en la actividad de Lufthansa.
En el peor momento de la crisis, el grupo ofrecía solamente un 3% del número habitual de sus asientos en sus vuelos, y éstos equivalían en número a los existentes en los años 1950.
Unos 700 aviones, de los 763 que posee el grupo, se quedaron en tierra en el peor momento de la pandemia, mientras que el número de pasajeros se derrumbaba en un 98% en abril, respecto a cifras del año anterior.
Ya en el primer trimestre del año 2020, el grupo comunicó unas pérdidas netas de 2.100 millones de euros (2.390 millones de dólares)
– Polémica –
A principios de junio, el responsable del conglomerado, Carsten Spohr, había estimado que los recortes podrían afectar a miles de trabajadores, todo ello en el marco de un plan de restructuración que genera polémica en el país.
Para superar esta crisis y evitar la quiebra, Lufthansa recibió 9.000 millones de euros (10.244 millones de dólares) de ayuda pública y créditos garantizados por el Estado alemán, que entró a formar parte de la empresa, en la que ostenta el 20% del capital.
El Estado se convierte así en el principal accionista del grupo, pero ha renunciado a intervenir en la gestion de la empresa.
“Nueve mil millones de euros para una empresa que vale 4.000 millones (en bolsa), y al mismo tiempo renunciando a influir en las decisiones adoptadas: es decir, cuando Lufthansa anuncia la supresión de 22.000 empleos ¡el gobierno federal es responsable!”, se indignó en Twitter el jefe del partido Die Linke (izquierda radical), Bernd Riexinger.
No obstante, “sin una reducción importante de los costes de personal durante la crisis, perderemos la oportunidad de recomenzar de la manera correcta y corremos el riesgo de debilitar a Lufthansa”, explicó Michael Niggemann, responsable de recursos humanos en el consejo ejecutivo del grupo.
De aquí a septiembre, Lufthansa volverá a volar al 90% de sus destinos locales y 70% de sus destinos de largo recorrido.
Pero “la demanda en el tráfico aéreo se va a reanudar muy lentamente” comenta la empresa.