Francia acogerá este sábado varias manifestaciones contra el racismo y la violencia por parte de las fuerzas de seguridad, un sector que se declaró “abandonado” por el gobierno.

La mayor marcha tendrá lugar en París, el sábado por la tarde, convocada por el comité Adama Traoré, un joven hombre negro muerto en 2016 tras haber sido arrestado por los gendarmes en la región parisina.

También se llevarán a cabo protestas en Marsella (sureste), Lyon (centro-este), Montpellier (sur), Nantes y Saint-Nazaire (oeste), y en Estrasburgo (este) el domingo.

“Hacemos un llamado a todas las ciudades de Francia para que vengan a manifestarse con nosotros para exigir verdad y justicia para Adama y todas las víctimas de la policía o de la gendarmería”, defendió el Comité, que el 2 de junio logró movilizar a 20.000 personas frente al Palacio de Justicia de París, según la prefectura de la policía.

Desde entonces, miles de personas han salido a las calles para denunciar la violencia policial y el racismo en Francia, en un movimiento alentado por la muerte en Estados Unidos de George Floyd, un afroestadounidense de 46 años que murió el 25 de mayo en Mineápolis, asfixiado por un policía blanco.

En este contexto, el gobierno trata de calmar las tensiones.

El racismo es “una enfermedad que afecta a toda la sociedad”, declaró el miércoles el presidente, Emmanuel Macron, quien pidió una “modernización de las técnicas de arresto e intervención”.

A petición del presidente, el ministro de Interior, Christophe Castaner, anunció el lunes medidas para mejorar la deontología de la fuerzas de seguridad, suspender sistemáticamente a los agentes en caso de comportamiento o declaraciones racistas y prohibir el método de arresto llamado “de estrangulamiento”.

Ante tales anuncios, el secretario general del sindicato Unité SGP Police-FO, declaró que el ejecutivo “abandonó” a los policías e instó a los agentes a “dejar de arrestar, de intervenir”.

 

ica