Este sábado, en Londres, Inglaterra, se suspendió una manifestación de “Black Lives Matter” luego de que un grupo de extrema derecha realizara una contraprotesta, esto para evitar actos de violencia y enfrentamientos.

 

Varios centenares de manifestantes antirracistas se congregaron en el centro de Londres, mientras que militantes de extrema derecha se agruparon a su vez cerca del Parlamento en torno a estatuas que pretenden proteger, en un tenso ambiente.

 

La ministra del Interior, Pritti Patel, retuiteó un video de manifestantes de extrema derecha que criticaban a la policía, y denunció una “violencia inaceptable”.

 

La ministra instó a los manifestantes a volver a sus casas para impedir la propagación del coronavirus y “salvar vidas”. La enfermedad de Covid-19 ha causado más de 41 mil muertos en todo el país.

 

Pese a que el movimiento “Black Lives Matter” canceló la protesta que había previsto celebrar por la tarde en el centro de la capital, varias centenares de personas se congregaron en Hyde Park antes de dirigirse al Parlamento, siguiendo a instancias de la policía un circuito preciso para evitar riesgo de enfrentamiento con la extrema derecha.

 

El pasado fin de semana, las manifestaciones, organizadas a raíz de la muerte del estadounidense negro George Floyd, asfixiado por un policía blanco en Minneapolis, fueron “globalmente pacíficas”, dijo el comandante de la policía en un comunicado, aunque una “minoría” atacó a policías y cometió actos vandálicos, en particular contra la estatua del ex primer ministro Winston Churchill, cerca del Parlamento.

 

El monumento fue pintarrajeado con la inscripción “era un racista”. Churchill está acusado de haber hecho declaraciones racistas, sobre todo contra los indios.

 

Después de que otras estatuas que simbolizan el pasado colonial del país fueran atacadas, como la de un traficante de esclavos que fue arrancada en Bristol, se decidió proteger las de Nelson Mandela y Gandhi, cerca del Parlamento, y la de Winston Churchill, que fue cubierta con placas metálicas.

 

El nieto de Winston Churchill y exministro conservador, Nicholas Soames, condenó lo que llamó actos “cobardes”.

 

“La idea de que la ultraderecha deba montar guardia en torno a [la estatua de] Churchill es absolutamente repugnante”, declaró el sábado al diario The Telegraph.

 

La ministra del Interior pidió que la estatua de Churchill vuelva a ser expuesta. “Deberíamos liberar a Churchill, un héroe de nuestra nación que combatió el fascismo y el racismo en este país y en Europa”, dijo al Daily Mail el sábado.

 

PAL