José Ureña

La mayoría lo calla por temor.

Tienen miedo a señalamientos, acusaciones o hasta represalias.

Si de por sí son escasas las participaciones y han sido recortadas, no quieren verlas reducidas por venganzas políticas.

Pero los gobernadores no están convencidos sobre la conveniencia de reanudar actividades como recomienda el Gobierno federal.

A pesar de ello, esta semana el país entra a una fase de resultados dudosos.

Si repunta la pandemia volvemos a encerrarnos, ha dicho el poder con Hugo López-Gatell como vocero omnipresente.

Seguramente así será, pero entonces todos voltearán a Palacio Nacional porque desde ahí se les han impuesto decisiones.

Esta es su tarea: convencer a la población sobre un paso del cual no están seguros aunque lo anhelen para gusto de la población y beneplácito de la economía.

Acaso la posición más clara la exponga Enrique Alfaro, quien mantiene a Jalisco en fase cero pero invoca la “responsabilidad individual”.

LA CONFRONTACIÓN

Quienes ya eligieron la confrontación son los panistas.

Reunidos en Dolores Hidalgo, vaya simbolismo, advirtieron de dos riesgos mayúsculos, uno socioeconómico y otro político.

El primero, previenen, es cómo las crisis sanitaria y económica puede llevar a una humanitaria de consecuencias funestas.

Atrás viene, “en las próximas semanas, una emergencia humanitaria donde emerja(n) la violencia y la ingobernabilidad”.

Ven un riesgo mayor: el deterioro de la república federal.

Su redacción:

“México no puede desandar el camino del federalismo, de los contrapesos ni de la libertad. No hay lugar para el regreso a una suerte de república monárquica”.

Es un documento muy bien estudiado, no casual.

Antes de reunirse cruzaron borradores Martín Orozco, Carlos Mendoza, José Rosas Aispuro, Diego Sinhue, Francisco Domínguez, Carlos Joaquín, Francisco García Cabeza de Vaca y Mauricio Vila.

Decidieron apostar su resto.

Lo hacen con una certidumbre: prefieren un llamado a tiempo para no ser culpables de la catástrofe.

A PLANEAR EL CICLO

1.- El reporte es gubernamental:

Todos los grupos de primaria y secundaria oficiales pueden acreditar el ciclo escolar 2019-2020.

Las calificaciones dependerán del aprovechamiento de los alumnos y la voluntad de los maestros.

Ahora el secretario Esteban Moctezuma y el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Alfonso Cepeda, están concentrados en planear el siguiente curso.

No será normal y tal vez ni siquiera sea posible iniciarlo al mismo tiempo.

El problema es la pandemia y por ello Cepeda negocia con cada gobernador según las condiciones sanitarias de la entidad.

Unas, las del norte, tienen mejores perspectivas a las del sur.

Y 2.- A diferencia del ámbito nacional, cuyos llamados a un gran acuerdo es menospreciado, en Sonora la gobernadora Claudia Pavlovich sí lo hizo.

Congregó a todos los sectores económicos, políticos y sociales y firmaron el Pacto para que Sonora sigue adelante.

Antes el quintanarroense Carlos Joaquín firmó acuerdos de reactivación con sindicatos, empresarios y líderes sociales.

LEG

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