Al menos veinte soldados indios murieron en un enfrentamiento con el ejército chino en la disputada frontera entre los dos gigantes asiáticos, en su primera confrontación con víctimas de los últimos 45 años.
China acusó a India de ser responsable del incidente al franquear dos veces la frontera, pero no anunció bajas de su lado.
En el valle de Galwan “se produjo un enfrentamiento violento la pasada noche que causó víctimas de ambas partes”, dijo el martes un portavoz del ejército indio, lamentando la muerte de un oficial y de dos soldados por el lado indio.
Un comunicado posterior informó que otros 17 soldados “gravemente heridos han sucumbido a sus heridas, llevando el total de muertos en acción a 20”.
Un militar indio en la región indicó a la AFP que no hubo intercambio de disparos. “No se utilizó ninguna arma de fuego. Hubo combates cuerpo a cuerpo violentos”, dijo esta fuente que no quiso ser identificada porque no está autorizada a hablar con la prensa.
Las tropas de las dos potencias nucleares han estado inmersas desde principios de mayo en varios enfrentamientos a lo largo de la frontera común, principalmente en Ladakh, y reforzaron con miles de soldados su presencia en ambos lados.
Una crisis que las dos partes dicen sin embargo querer “resolver pacíficamente” por la vía diplomática.
Tras las negociaciones entre generales de los dos ejércitos hace unos diez días, empezó un proceso de desmilitarización en algunas zonas disputados en altitud en Ladakh.
Por su parte, el portavoz chino de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, dijo que las tropas indias habían atravesado la frontera y “provocado y atacado a personal chino, lo cual provocó un grave enfrentamiento”.
Altos responsables de ambos lados negocian actualmente en el lugar para desactivar la situación, según el comunicado del ejército indio.
“China e India están de acuerdo en seguir resolviendo los problemas bilaterales a través del diálogo”, dijo por su parte el portavoz chino.
“Pedimos de nuevo a India que controle a sus tropas en la frontera. No crucen la frontera, no causen problemas”, insistió Zhao Lijian.
“Balance regional”
A principios de mayo los enfrentamientos a puñetazos, con piedras y palos opusieron a militares de ambos países en la región de Sikkim (este de India). Se registraron varios heridos.
Las tropas chinas también avanzaron en zonas consideradas por India como situadas en su territorio en Ladakh, lo que llevo a Nueva Delhi a llevar refuerzos a la región.
Las tensiones entre los dos países han ido en aumento en las últimas semanas a lo largo de su frontera común de 3.500 kilómetros, que nunca fue debidamente delimitada.
Ambas potencias regionales tuvieron diversas disputas territoriales en las zonas de Ladakh y Arunachal Pradesh.
Los dos países se enfrentaron en una guerra relámpago en 1962. Desde entonces los enfrentamientos en zonas montañosas entre los ejércitos indio y chino se han vuelto más frecuentes en los últimos años.
En 2017 hubo 72 días de choques después de que fuerzas chinas avanzaran en la meseta disputada de Doklam, en la frontera entre China, India y Bután.
Tras esos enfrentamientos, el primer ministro indio Narendra Modi y el líder chino Xi Jinping intentaron rebajar las tensiones en varias cumbres.
El mes pasado Alice Wells, la máxima responsable del departamento de Estado estadounidense para el Sur de Asia, afirmó que China estaba intentando cambiar el balance regional y que había que “resistirle”.
ica