El Centro Pompidou en París, hogar de la colección de arte moderno más grande de Europa, tendrá 20 millones de euros menos en sus arcas por la crisis del Coronavirus, pero hay un asunto más apremiante para su director, Serge Lasvignes: cómo reabrir de manera segura.
Su plan incluye la venta de entradas online para evitar largas filas en la boletería, un flujo unidireccional alrededor del interior del museo que esté delimitado por flechas y visitas guiadas a las exposiciones permanentes para grupos de no más de 10 personas. Además del uso de mascarillas.
“Tenemos que hacer que las visitas sean lo más fluidas posible”, dijo Lasvignes a Reuters, mientras el personal limpiaba las áreas públicas y trasladaba las obras antes de la reapertura del 1 de julio.
El Centro Pompidou fue diseñado por el británico Richard Rogers y el italiano Renzo Piano. Al principio, muchos parisinos lo odiaban y decían que el edificio se parecía a una refinería de petróleo.
En tiempos normales, los visitantes franceses representan el 60% de los 3,5 millones de personas que se maravillan con las pinturas y esculturas de Pablo Picasso, Joan Miró y Wassily Kandinsky, entre otros.
“Estamos menos expuestos que un gran museo como el Louvre, pero de todos modos estamos expuestos”, sostuvo.
AR