José Ureña

Este es un ensayo de la próxima educación.

Parte de preparativos de instituciones privadas, solo particulares, desde kinder hasta licenciaturas y doctorados.

Quieren iniciar a fines de agosto, o a más tardar en septiembre, bajo severísimas normas de seguridad sanitaria.

Van los datos:

Ningún salón podrá tener más del 50% de los tenidos hasta febrero del año pasado.

Y las clases serán alternadas, no de lunes a viernes para todos.

En automático, la capacidad se reduce a menos de la mitad del alumnado, lo cual les incrementará mucho los costos de operación.

Pero no nada más eso:

Se requerirán modificaciones internas de diferente calado:

Por ejemplo:

Nada de actividades deportivas al estilo tradicional: voleibol, basquetbol y otros deportes comunes en primaria, secundaria, preparatoria y universidad.

Otro dato:

Para evitar cercanías, deberán habilitar escaleras dobles, unas para subir y otra para bajar a fin de evitar contacto.

Y algo peor: si a pesar de todo algún alumno resulta con coronavirus, deberá cerrarse la institución al menos por dos semanas.

Difícil situación.

ESCUELAS SIN SERVICIOS

Este panorama lleva a la enseñanza pública.

¿Qué escuela oficial tiene capacidad para adoptar medidas de prevención como las más exhaustivas del sector privado?

Algo peor:

¿De verdad se va a atacar a la educación particular con estilizaciones como lo pretende el gobernador poblano Miguel Barbosa?

Dirigentes de colegios, asociaciones, federaciones y confederaciones discuten muchas de las acciones para atender las recomendaciones de las secretarías de Salud (SSA) y Educación Pública (SEP).

Con un problema: ni la dependencia de Jorge Alcocer ni la de Esteban Moctezuma tienen protocolos puntuales.

Y menos cuando todavía el país está prácticamente en rojo aunque las decisiones gubernamentales dispongan reanudar actividades.

Pero vayamos a otro dato:

Casi 80% de las escuelas públicas no cuentan con agua potable, salones amplios y posibilidades para la emergencia.

Son temas sobre los cuales deben bordar el secretario Moctezuma y el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Alfonso Cepeda.

No deben dejar tema al garete o, de lo contrario, el próximo ciclo será un fracaso.

A Cepeda le va la vida de su 1.8 millones de profesores.

DE LOS PINOS A PALACIO

Es un simple apunte:

El 3 de mayo el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado subastó una residencia de Amado Carrillo, El Señor de los Cielos.

Fue noticia nacional.

Casi 50 millones de pesos pagados por Alejandro del Valle de la Vega y Carlos del Valle Guerrero.

Dícese en observadores: son socios del tabasqueño Carlos Cabal, empresario predilecto del salinismo.

Pero ahora están injertados en el Banco del Bienestar y para ello Carlos del Valle compró ocho mil cajeros en enero pasado.

En tanto, Alejandro participa en cámaras comerciales de empresas extranjeras.

Y hora ambos, antaño cercanos del Grupo Atlacomulco y sobre todo de Isidro Pastor, hoy son cercanos de Gabriel García, jefe de los superdelegados de ya saben quién.

¡Ah, qué flaca es la nueva moralidad!

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