Con las producciones cinematográficas y televisivas paralizadas en Filipinas debido al confinamiento, un artista de efectos especiales está maximizando sus habilidades haciendo mascarillas terroríficas para ganar dinero y, de paso, conseguir algunas sonrisas en su país.
El especialista en prótesis, René Abelardo, de 50 años, está sin trabajo desde marzo pasado, pero espera mantener a flote sus finanzas después de descubrir que hay demanda por las máscaras hechas a mano e inspiradas en una temática de terror, creadas inicialmente por diversión.
Con la ayuda de sus amigos, Abelardo ha vendido decenas de máscaras moldeadas, de monstruos a zombis, pasando por el diablo y el popular Joker. Ahora recibe cientos de pedidos de toda Filipinas.
Las máscaras se extienden hasta la línea de la mandíbula y hasta las orejas y están forradas con un tejido de tela convencional. Fueron un éxito instantáneo cuando aparecieron por primera vez en las redes sociales, obteniendo miles de likes.
“Intenté usar la máscara que hice sólo por diversión, mi hija me vio y me preguntó si podía sacar una foto y publicarla en Internet”, afirmó, “unas horas más tarde la publicación se volvió inesperadamente viral y el resto es historia”.
Filipinas ha registrado casi 30 mil casos de coronavirus y en las zonas afectadas ha hecho obligatorio el uso de mascarillas, ahora una oportunidad para el artista.
Cada máscara tarda hasta tres días en completarse y Abelardo las vende por entre 6 a 10 dólares.
“Empezamos a hacer más máscaras”, relata, “ya que actualmente no tenemos trabajo. Sigue entrando dinero y hace feliz a la gente”.
LEG