El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ensalzó el martes en Arizona la construcción del muro fronterizo en la frontera con México, en un intento por retomar su línea dura en inmigración para mejorar así sus perspectivas de cara a la elección de noviembre en la que busca ser reelecto.

 

 

El republicano, que ganó por poco en Arizona en los comicios de 2016, busca defender su base de votantes en un estado donde las infecciones por coronavirus están aumentando rápidamente y en el que las encuestas de opinión lo muestran detrás del candidato presidencial demócrata Joe Biden.

 

 

Trump visitó un tramo del muro ubicado en San Luis, Arizona, en medio de un paisaje polvoriento y árido donde la temperatura superaba los 38 grados Celsius. Usando un bolígrafo negro, el mandatario autografió una placa que conmemora la recién construida milla 200 (kilómetro 322) del muro.

 

 

Construir el muro fue una promesa clave de campaña del mandatario hace cuatro años que lo ayudó a llegar a la Casa Blanca.

 

 

“Mi gobierno ha hecho más que cualquier otro en la historia para asegurar nuestra frontera sur”, dijo Trump en un evento previo en la cercana localidad de Yuma con funcionarios fronterizos y policiales.

 

 

Más tarde, en Phoenix, se reunirá con jóvenes en una iglesia. Trump depende del apoyo de los cristianos evangélicos por su fuerza política y ha incentivado la reapertura de iglesias a pesar de las preocupaciones sobre la propagación del virus en las reuniones de grupos grandes.

 

 

Este es el tercer viaje de Trump en el año a Arizona, que registró el martes un aumento récord de más de 3.500 nuevos casos de coronavirus. El estado también reportó cifras históricas de hospitalizaciones y de pacientes en cuidados intensivos y conectados a respiradores mecánicos.

 

 

El presidente y sus asesores han desestimado la inquietud respecto a las celebraciones de eventos de campaña, en momentos en que el virus continúa propagándose en algunas partes de Estados Unidos.

 

 

El sábado, el acto de campaña de Trump en Tulsa, Oklahoma, congregó a miles de personas en un recinto, en contra de los consejos de profesionales de la salud, y varios miembros de su equipo que estuvieron presentes dieron positivo por el virus.

 

 

Biden calificó como imprudente la visita de Trump a Arizona, un estado que tiene 50.000 casos confirmados y 1.300 muertes relacionadas con el COVID-19, la enfermedad causada por el virus.

 

 

“Sin embargo, una vez más, en lugar de hacer el trabajo difícil y necesario para resolver la crisis de salud pública y económica que enfrenta Estados Unidos, Donald Trump sigue centrado en su costoso, ineficaz y derrochador ‘muro’ en nuestra frontera sur”, dijo Biden en un comunicado.

 

DAMG