El gobierno boliviano anunció este miércoles la liberación de un policía que había sido “secuestrado” un día antes por manifestantes opositores en Cochabamba (centro), y acusó al expresidente Evo Morales por los episodios de violencia en el país.
Este policía “fue liberado después de medianoche” con intervención de la Defensoría del Pueblo (ombudsman) de Cochabamba, dijo el ministro de Gobierno (Interior), Arturo Murillo.
“Estoy bien, (los captores) me han abrigado, me han tratado bien. Les agradezco por no llegar a la violencia”, declaró el involucrado, el cabo Iván Mayta, a la red de televisión local Unitel.
Murillo condenó el “secuestro” del cabo por “unos delincuentes que trabajan para el prófugo narcoterrorista Evo Morales, en Kara Kara“, un suburbio de Cochabamba donde hay un vertedero de basura municipal.
Evo Morales (2006-2019) está refugiado en Argentina después de que renunció en noviembre pasado tras una protesta popular por irregularidades en las elecciones generales, y tras perder el apoyo de los jefes de la Policía y las Fuerzas Armadas, que públicamente pidieron su dimisión.
Según Murillo, la acción contra el uniformado fue tomada “en venganza” por la detención de tres personas, entre ellas una candidata a senadora del Movimiento Al Socialismo (MAS, partido de Morales) “que están involucrados en secuestro de armas, golpear policías, golpear militares” en manifestaciones en Cochabamba.
Mientras, el grupo de vecinos que retuvo al policía cortó la mañana de este miércoles la ruta a Cochabamba, exigiendo la liberación de tres de sus dirigentes detenidos la víspera, acusados por el gobierno de provocar manifestaciones en el mismo lugar en mayo.
La gobernadora de Cochabamba, Esther Soria, del MAS, desestimó la versión de Murillo, y dijo que “pareciera que las autoridades del nivel central quieren que se convulsione (el país) y que haya conflictos”.
Bolivia, de 11 millones de habitantes, tiene previsto ir a elecciones generales el 6 de septiembre, con el candidato del MAS como favorito, y está enfrascada en la lucha contra el coronavirus que ha contagiado a más de 26 mil personas.
Los vecinos del vertedero de Kara Kara han reclamado continuamente la flexibilización de la cuarentena por el coronavirus, la construcción de redes de agua potable para sus casas e, incluso, la renuncia de la presidenta interina de Bolivia, la derechista Jeanine Áñez.
En la madrugada hemos recuperado al Cabo Mayta secuestrado con violencia por el evismo en Kara Kara. Dos caminos: el de la violencia que es el del Mas. El de la ley que es el nuestro. Con unidad vamos a ganarle a los violentos.@evoespueblo busca muertos para convulsionar. pic.twitter.com/WxBafTObva
— Arturo Murillo (@ArturoMurilloS) June 24, 2020
EFVE