En los últimos días se ha dado una sucesión de torpezas, errores e imposturas.
Se ha vuelto a sembrar la incertidumbre.
Leemos y escuchamos ataques peligrosos contra organismos autónomos, pero también a ciudadanos que pertenecen a otros partidos políticos y a ciudadanos que no pertenecen a ninguno.
Las huellas recogidas en las redes sociales marcan que la desinformación se apoderó, como virus ideológico, de espacios en forma de propaganda electoral.
Con absoluta normalidad el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue señalando a la corrupción como uno de los denominadores comunes de las crisis de México y con ello se cree capaz de garantizar la cifra óptima que lo mantenga en el poder.
A su favor está la buena posición alcanzada durante los años de contención en la oposición.
El Presidente compromete su capacidad al presentarse como defensor del pueblo.
“Vamos a estar pendientes para que no haya fraude electoral, me voy a convertir en guardián para que se respete la libertad de los ciudadanos a elegir libremente a sus autoridades… ya sé que existe el INE, no me voy a involucrar en eso, nada más que estoy obligado a denunciar si hay intentos de fraude, como cualquier ciudadano… y recuerdo que una de las reformas a la constitución que se llevaron a cabo fue la de convertir el fraude electoral en delito grave”.
Para el Instituto Nacional Electoral, fue una amenaza, no una advertencia.
Lorenzo Córdova, Consejero presidente del INE, dijo: “el Presidente no tiene vela en el entierro” y el consejero Ciro Murayama, recordó que ante la ley los servidores públicos tienen derechos y obligaciones distintas que los ciudadanos de a pie y dado que ni el Presidente ni ningún funcionario de Gobierno tiene atribuciones en la materia electoral, no pueden ser ni participes, ni guardianes, ni protagonistas”.
Para el presidente López Obrador la democracia es el mejor de los sistemas y se debe resguardar de poderosos enemigos, como el INE.
“Es costosísimo, es el aparato de organización de elecciones más caro del mundo y nunca garantizaron elecciones limpias y libres… Nosotros triunfamos porque fue una ola, era imposible de hacer un fraude, pero en las elecciones anteriores lo permitió el INE”.
Para el INE la advertencia no se debe repetir, ni en la Mañanera ni en ningún espacio de comunicación gubernamental y eso quiere decir gobernantes manos fuera de las elecciones.
El Presidente debe afrontar la reconstrucción política del país mientras finalizan unos meses de pandemia, sin objetivos, pero eso sí con la mirada puesta en el 2021 para empezar.
Tiene por delante la difícil ecuación del éxito, primero para renovar un gabinete desgastado y segundo un partido Morena, desconectado.
El Presidente sabe muy bien que de las urnas puede surgir el peor de los miedos o el peor de los enojos.
@jfcastaneda9