Jorge Alcocer
Foto: Cuartoscuro/Archivo El secretario de Salud, Jorge Alcocer, dio a conocer que actualmente existen más de 100 proyectos de vacunas para SARS-CoV-2  

El secretario de Salud, Jorge Alcocer, reconoció que el desarrollo tradicional de vacunas es un proceso largo que requiere varios años; no obstante, desarrollar una vacuna en el contexto epidémico requiere un nuevo paradigma, con un inicio rápido y muchos pasos ejecutados en paralelo.

 

Ante ello, informó que actualmente existen más de 100 proyectos de vacunas para SARS-CoV-2, agrupadas en cuatro grandes grupos basados en diferentes virus o partes virales.

 

“De acuerdo al proyecto de panorama de vacunas candidatas de la Organización Mundial de la Salud, se reportan al 28 de junio de 2020, 17 candidatos de vacunas en evaluación clínica y 131 candidatos de vacunas en evaluación preclínica. Son tres los candidatos más prometedores”, señaló.

 

 

Al participar en la presentación virtual sobre Desarrollos Mexicanos de Vacunas Participantes en la Convocatoria de la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI), el secretario Alcocer, detalló los proyectos que se encuentran a la cabeza.

 

Señaló que la basada en un vector viral no replicante, actualmente se encuentra en evaluación clínica fase 3. “La, que se basa en un vector viral no replicante de adenovirus tipo 5, se encuentra en fase clínica 2 y, en el tercer puesto encontramos el prototipo de vacuna elaborada a partir de RNAm encapsulado, que se encuentra en fase clínica 2”.

 

Recordó que cada tipo de vacuna conlleva ventajas y desventajas, las cuales repercutirán en la capacidad de generar inmunidad, la bioseguridad de la misma y la velocidad de producción a gran escala.

 

Refirió que las vacunas elaboradas a partir de SARS-CoV-2 requieren grandes cantidades de virus infecciosos para lograr su producción a gran escala.

 

En tanto, las vacunas elaboradas a partir de vectores virales replicantes pueden necesitar inyecciones de refuerzo para inducir una inmunidad duradera, debido a que la inmunidad existente al vector podría reducir la efectividad de la vacuna.

 

Las vacunas a partir de DNA o RNA son seguras y fáciles de desarrollar, para hacerlas se requiere solo material genético, como desventaja se necesita alta capacidad tecnológica para su elaboración.

 

Mientras que las vacunas basadas en proteínas estructurales del Coronavirus no son infecciosas y generan una fuerte respuesta inmune. Su desventaja principal radica en la dificultad para su producción.

 

 

En este contexto, el secretario Jorge Alcocer, señaló que se requiere un riguroso monitoreo de seguridad en los ensayos clínicos de vacunas y medicamentos.

 

“Desconocemos la duración potencial de la inmunidad de la futura vacuna y si una dosis conferirá inmunidad”, advirtió y destacó que no existe una entidad mundial responsable de financiar u coordinar la fabricación de vacunas.

 

Recordó que hace dos años declaró que México cuenta con la capacidad científica y tecnológica, para impulsar el desarrollo de la investigación biomédica, farmacológica, de la genómica y proteómica.
“De los beneficios, de lo aprendido en esta pandemia hoy se prioriza el valor y necesidad de las vacunas”, manifestó.

 

 

 

fahl