Foto: Reuters Su elaboración ha sido "meticulosa", "casi militar", promete el director deportivo de la F1, Ross Brawn  

La temporada de 2020 de Fórmula 1 comienza este fin de semana en Austria, en unas condiciones que nunca se habían visto, ya que la pandemia de Covid-19 obliga a que las carreras se disputen sin público ni invitados y con máscaras y controles sanitarios regulares para el resto.

 

Con el fin de organizar los grandes premios, los dos primeros en el Red Bull Ring de Spielberg, que presenta la ventaja de estar relativamente aislado, la Federación Internacional del Automóvil (FIA), la F1 y los equipos han elaborado un protocolo al que cada persona presente en el sitio debe adherirse.

 

Su elaboración ha sido “meticulosa”, “casi militar”, promete el director deportivo de la F1, Ross Brawn, mientras que el patrón de la escudería Haas, Guenther Steiner, habla de “las mejores medidas posibles”.

 

Estas son las medidas principales:

 

– Además de la ausencia de espectadores, de invitados y de patrocinadores comerciales, el número de personas en los circuitos queda reducido a lo esencial, con 80 empleados por escudería. “Todas las actividades que puedan ser realizadas a distancia, lo serán de esta manera”, explica el director deportivo de Ferrari, Laurent Mekies. Al no necesitar espacio de recepción, las escuderías se desplazan sin sus “motorhomes” y utilizarán las infraestructuras del paddock para que su personal pueda alimentarse.

 

– Todo el mundo debe ser controlado y someterse a test del Covid-19 a menos de cuatro días de la llegada al Red Bull Ring y después cada cinco días durante la primera serie de tres carreras en el calendario (la última en Hungría el 19 de julio). Para entrar en el paddock, no será suficiente la presentación de una acreditación, sino que las personas deben someterse a un control de temperatura.

 

– Para limitar los riesgos de contagio, los presentes serán divididos en grupos a los que se pedirá que interactúen lo mínimo posible entre ellos, ya se trate por ejemplo de miembros de escuderías diferentes o periodistas, en el interior o en el exterior de los circuitos.

 

– Las escuderías han subdividido también a su personal en subgrupos según sus actividades e interacciones, añade Mekies. Eso debe permitirles ser más “flexibles” en caso de contaminación, aislando solo a algunas personas. Si fuera necesario, habrá suplentes en espera en la marca. Eso debería permitir a las pruebas disputarse pase lo que pase, lo que no pudo ocurrir tras un caso positivo en Australia a mediados de marzo, en el que habría sido el gran premio inaugural de 2020.

 

– La utilización de máscaras debe ser la norma cuando una distancia física de dos metros no pueda ser respetada, como por ejemplo cuando los mecánicos trabajen en los autos. Ya que eso podría ralentizarlos en sus tareas, podrán trabajar una hora más las jornadas del jueves y el viernes por la noche.

 

– Una aplicación de rastreo será puesta a disposición de los participantes. Si no la utilizan, deberán suministrar la lista de sus contactos en caso de sospecha de contaminación.

 

– Antes de la carrera, los telespectadores no verán el tradicional desfile de pilotos, en un camión abierto o en autos de colección. El himno nacional del país organizador o el podio se realizarán también en condiciones diferentes y todavía desconocidas.

 

– Estas medidas se aplican también a los Campeonatos de Fórmula 2 y Fórmula 3, que se reanudan en las mismas fechas y en los mismos circuitos.

 

 

 

AR