En innumerables ocasiones se ha criticado al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por no viajar a foros internacionales a representar a nuestro país ante los principales líderes del mundo; pero decidir viajar a un encuentro binacional con Donald Trump, pareciera –al menos- un capricho del mandatario que hace énfasis en la defensa de la soberanía nacional.
Donald Trump sigue vendiendo la idea a sus gobernados de que México pagará un muro en la frontera.
Donald Trump ha dicho que los mexicanos somos narcotraficantes, violadores y criminales.
Donald Trump ha amenazado con enviar tropas militares para combatir a los hombres malos en México.
Donald Trump acorraló al gobierno mexicano para que a través de la Guardia Nacional evitara el paso de centroamericanos hacia su país, a cambio de no subir aranceles a los productos mexicanos.
Donald Trump enviará inspectores para verificar que las empresas mexicanas cumplan con los lineamientos del T-MEC.
Resulta extraño que el primer viaje de López Obrador al extranjero, sea a Washington, en medio de un proceso electoral rumbo a la Casa Blanca y en el que Trump va abajo en las encuestas.
Si el Presidente de México decide viajar a Estados Unidos para reunirse con Trump, se convertirá en lo mismo que tanto criticó de su antecesor Enrique Peña Nieto; será la cereza en el pastel, que le ayude a subir en la preferencia del voto latino, o al menos esa es la intención del estadounidense.