@guerrerochipres

 

Desde la antigüedad hasta el presente, el concepto “voluntad” ha sido una constante en la filosofía y la literatura; enlistarlo es ambicioso. Séneca señaló que “la voluntad es la que da valor a las pequeñas cosas”, cita no tan lejana de la individualidad de Emerson y Nietzsche, pilares del pensamiento contemporáneo para quienes la voluntad es eje poderoso.

Son decenas las figuras fascinadas por el concepto. Personajes icónicos como Henry Ford, Mahatma Gandhi y hasta Bruce Lee. Justamente Gandhi, en una frase, suma el impulso de lo colectivo: “Si siendo como soy hice lo que hice, imagínense lo que pueden hacer todos juntos”.

En los momentos excepcionales de la historia surgen a su vez fuerzas peculiares, y el punto por el que la humanidad cruza hoy, de frente a la pandemia, enseña que el poder colectivo y la voluntad individual son armas totales contra la fragilidad de la especie.

“No creo en la casualidad ni en la necesidad; mi voluntad es mi destino”, dijo el poeta inglés John Milton. Nuestro destino, no sólo como ciudadanos de nuestra patria, sino del mundo, se está definiendo por los actos colectivos. Gracias a ellos hay un avance, así sea ligero.

Un ejemplo internacional sobre la relevancia del esfuerzo colectivo, es la relación directa entre adelantar una semana el confinamiento en España y el colapso hospitalario evitado. Modelo que también se vio en México: se tomaron acciones premeditadas para reducir el crecimiento de la curva de contagio. Lo señaló la OMS, a partir de la experiencia internacional, México se adelantó y la sociedad civil, responsable ante el confinamiento, lo concretó. Podríamos llamarlo voluntad conjunta o colectiva.

En la capital del país, el Ejecutivo ha actuado con análisis diario y precisión frente a los puntos de impacto de la pandemia.

Entre el tránsito hacia el color naranja, la reapertura de mil 276 comercios, el incumplimiento de ciertos negocios y el índice de hospitalización que ha descendido, paulatina y constantemente en las últimas semanas, la capital nacional no está exenta de que surjan rebrotes tal como en Wuhan, Singapur, la propia España y otras regiones.

Las opiniones sobre la pandemia se afinan. La Organización Mundial de la Salud ya advirtió a los gobiernos internacionales para que estén preparados frente a los resurgimientos. También está la conciencia de que en un virus endémico las razones por las que éste puede regresar son muchas, y que la verdadera salida, a nivel global, será la creación de una vacuna y su accesibilidad masiva. Responsabilidad paciente hasta que esto se concrete.

La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, afirmó que el cambio hacia el color naranja no marca, ni de lejos, el fin de la pandemia. En nuestras manos está la respuesta para que la tendencia hospitalaria no se revierta: nuestra voluntad hacia el compromiso colectivo es la llave. La mejor de las voluntades es la voluntad compartida, cualquiera que sea la amenaza enfrente.