Equipos de rescate en Japón intensificaban el lunes las operaciones de búsqueda de sobrevivientes en un escenario de casas devastadas por inundaciones y deslizamientos de tierra este fin de semana, y que ya dejaron por lo menos 34 personas muertas.
Autoridades locales temen que el número de víctimas mortales siga aumentando a raíz de las torrenciales lluvias que devastan desde el sábado la región de Kumamoto de la isla de Kyushu, haciendo desbordar ríos que inundaron áreas bajas.
El gobierno regional de la región de Kumamoto, situada en la isla de Kyushu, en el suroeste del país, confirmó 18 fallecidos, mientras otras 16 estaban en “parada cardiorrespiratoria”, un término generalmente utilizado en Japón para anunciar el fallecimiento de una persona cuya muerte todavía no ha sido confirmada oficialmente por un médico.
“Los rescatistas continúan su búsqueda incansablemente esta mañana”, dijo a AFP un vocero de las autoridades de la región de Kumamoto.
Por lo menos 11 personas siguen desaparecidas.
Aunque las lluvias han disminuido en intensidad, las inundaciones destruyeron caminos y derribaron puentes, y muchas comunidades han quedado aisladas del mundo.
En una de las áreas más afectadas, los residentes escribieron las palabras “arroz, agua, SOS” en el suelo, mientras que otros agitaban toallas para pedir ayuda, según las imágenes de helicópteros del agencia de noticias Kyodo.
En una casa de retiro se presume que 14 personas se ahogaron debido a la inundación de la planta baja por un río desbordado, lo que impidió que los residentes en sillas de ruedas se refugiaran en los pisos superiores.
Los servicios de emergencia y los residentes locales lograron rescatar a unos 50 residentes y empleados de esa residencia para ancianos con ayuda de un bote salvavidas.
Se prevé que lluvias torrenciales continúen golpeando la región, donde se esperan hasta 250mm de precipitación hasta el martes por la mañana.
La agencia meteorológica japonesa ha pedido a cientos de miles de residentes de Kumamoto y la vecina región de Kagoshima que desalojen sus hogares.
Las operaciones de rescate se vieron obstaculizadas por el temor a una mayor contaminación por coronavirus.
Así, se instalaron particiones en los centros de evacuación para mantener el distanciamiento social, y se pidió a los refugiados que se lavaran las manos con frecuencia y usaran máscaras.
Unos 4.640 hogares en la región de Kumamoto seguían sin electricidad el lunes por la mañana, según Kyushu Electric Power, la empresa local de energía.
DAMG